El primer ministro británico, Keir Starmer, aseguró que habrá suficientes policías en las calles para controlar los disturbios antimusulmanes y antiinmigrantes que se esperan en los próximos días.
Los disturbios se extendieron a varias ciudades tras el asesinato de tres niñas en un taller de danza con temática de Taylor Swift el pasado 29 de julio en Southport, una ciudad costera en el noroeste de Inglaterra.
El caos se desató después de la difusión de fake news en redes sociales, pues supuestamente se identificó al presunto asesino como un migrante islamista; por lo que protestantes atacaron una mezquita y destrozaron ventanas de hoteles que albergan a solicitantes de asilo de África y Oriente Medio coreando "¡Sáquenlos!", lo que generó el primer brote generalizado de violencia en Gran Bretaña en 13 años.
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Además, mensajes en línea amenazaron con atacar centros de inmigración y bufetes de abogados que asisten a inmigrantes, lo que llevó a grupos antifascistas a declarar que contrarrestarían cualquier manifestación.
Tras una reunión de emergencia con ministros y jefes de policía, Starmer afirmó que la policía está preparada para manejar cualquier desorden adicional: "Nuestro primer deber es garantizar que nuestras comunidades estén seguras”.
El gobierno incrementó la capacidad penitenciaria para hacer frente a la gran cantidad de detenciones realizadas durante los disturbios, lo cual llevó a varios países como India, Australia y Nigeria a advertir a sus ciudadanos sobre los peligros de viajar a Gran Bretaña.
Suman más de 400 personas arrestadas por protestas
En respuesta, Starmer informó que más de 400 personas fueron arrestadas, 100 acusadas y se espera que las sentencias comiencen pronto. "Cualquiera que se involucre en este desorden va a sentir todo el peso de la ley", afirmó.
El Servicio de Fiscalía de la Corona comunicó que tres personas serán sentenciadas en Liverpool tras declararse culpables de desorden; mientras el Departamento de Justicia, que enfrenta una crisis de hacinamiento en las cárceles, reservó casi 600 lugares en prisión para los detenidos por disturbios.
Sin embargo, los ataques continuaron pues el pasado 5 de agosto por la noche cientos de alborotadores lanzaron bombas incendiarias y mampostería pesada contra los oficiales e incendiaron un vehículo policial.
Por lo sucedido, las autoridades culpan a la desinformación en línea de impulsar este tipo de acciones, además expertos en extremismo y cohesión social afirman que los agitadores de extrema derecha utilizaron los asesinatos de Southport para desencadenar la violencia.
Además, la policía confirmó un día después que el ataque no estaba relacionado con el terrorismo, pues el sospechoso nació en Gran Bretaña, y que sus padres eran de origen ruandés, un país de mayoría cristiana.
Y en un intento de demostrar que este país no aprueba los recientes acontecimientos, se realizó una encuesta de YouGov, revelando que tres cuartas partes de los encuestados dijeron que los alborotadores no representaban las opiniones de Gran Bretaña en su conjunto y sólo el 7 por ciento las apoyaba.
cehr