Guatemala acoge a nicaragüenses

Dictadura de Daniel Ortega destierra a 135 presos políticos

Tras meses de esfuerzo y negociaciones Estados Unidos presume logro de la gestión Biden-Harris; organizaciones aplauden un paso más contra el régimen represor; excarcelados deciden en que país reharán su vida

Enemigos del régimen sandinista son trasladados tras arribar al aeropuerto de Guatemala, ayer.
Enemigos del régimen sandinista son trasladados tras arribar al aeropuerto de Guatemala, ayer. Foto: AP

La dictadura de Daniel Ortega liberó y desterró a 135 presos políticos en una negociación liderada por Estados Unidos, acto que opositores y organismos nicaragüenses celebraron como muestra de que es posible un cambio.

La oficina de Seguridad Nacional de la potencia resaltó que la madrugada de ayer la “gestión Biden-Harris logró la liberación” por razones humanitarias de críticos apresados injustamente por ser vistos como una “amenaza”, y el subsecretario adjunto de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, Eric Jacobstein, comentó en conferencia que entre ellos están 13 integrantes de la Iglesia Evangélica Mountain Gateway, jóvenes, periodistas, campesinos y defensores de los derechos humanos, con lo que replican el exilio forzado de 200 disidentes, a quienes también se les arrebató su nacionalidad.

Sin especificar las condiciones del acuerdo, funcionarios explicaron que Washington no dio nada a cambio y fue un esfuerzo “resultado de meses de presión pública y privada” contra ese país.

A diferencia de la estrategia previa, esta vez los excarcelados fueron enviados a Guatemala luego de negociar con ese socio para acogerlos temporalmente.

Postura que confirmó el presidente Bernardo Arévalo al destacar en su cuenta de X “bienvenidos hermanos nicaragüenses” y ratificar su compromiso con la democracia y la justicia; mientras que su canciller, Carlos Martínez, reveló al diario nicaragüense Confidencial —cuyo director Carlos Fernando Chamorro se exilió— que el gobierno estadounidense les pidió su colaboración como parte de una iniciativa de “Movilidad Segura”.

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En respuesta, EU elogió el liderazgo de Guatemala ante una persecución que empeoró en 2018 tras las mayores protestas nicaragüenses con el encierro arbitrario de rivales, como aspirantes presidenciales y líderes religiosos. Y horas después se difundieron imágenes de quienes sufrieron vejaciones, tortura, aislamiento y hasta violencia física y psicológica en prisión.

Funcionarios, opositores del sandinismo y la prensa documentaron el traslado de quienes aterrizaron en el Aeropuerto Internacional La Aurora, pasaron por migración antes de llegar a su alojamiento temporal cargando apenas una mochila con sus pertenencias.

Destacaron su liberación como un momento agridulce, pues sólo se logró al salir de su país y dejan atrás a cientos de “hermanos en las mazmorras”, mientras que otros festejaron al grito de “Viva Nicaragua libre” a bordo de los camiones que los trasladaron al llegar a la nación vecina y prometieron seguir la lucha por cientos de retenidos por atentar contra la dictadura y hasta por homicidio.

Además, fuentes de EU y Guatemala relataron que se acordó que los ahora libres serán albergados hasta que decidan si permanecen ahí o se instalan en otra nación para dar el siguiente paso y “reconstruir” su vida, pues se les ofrecerá dicha oportunidad por la vía legal.

En respuesta, la oposición y organismos aplaudieron esta acción histórica.

“Es un paso crucial en nuestra lucha por la justicia y los derechos humanos”, resalto el Movimiento Universitario 19 de Abril en un comunicado al declarar que confía en nuevos esfuerzos en la materia; mientras que la agrupación Nicaragua Nunca Más dijo que con ello se pone fin a la tortura que sufrieron por meses.

Y coincidieron en no olvidar a quienes están sometidos ante la pareja presidencial Daniel Ortega-Rosario Murillo, pues la vicepresidenta es clave en esta dura represión contra quien intenta frenar a un régimen que lleva 17 años en el poder.

Beneplácito al que se sumó Mountain Gateway tras la liberación de pastores aliados al admitir que ayer se cumplió por lo que “hemos rezado” y el excandidato presidencial Félix Maradiaga admitió que el destierro “nunca se siente como una liberación completa”.

En tanto, Washington aprovechó para recalcar su postura y exhortar a Nicaragua a no arrebatarles su nacionalidad.

Y Jacobstein asestó que lo conseguido “no indica un cambio en nuestra política” al insistir al régimen que hay vías para corregir la crisis en un intento de detener los arrestos arbitrarios que no cesan.

Pero dichas declaraciones no tuvieron respuesta, pues la dictadura prefirió guardar silencio, pese a que el enviado estadounidense señaló al presidente Daniel Ortega y su número dos y pareja, Rosario Murillo, como “controladores” de la libertad en Nicaragua.