Al menos 18 personas fallecieron y varias más resultaron heridas en otra ofensiva de Israel en Gaza, esta vez contra una supuesta escuela en el campamento de refugiados de Nuseirat.
Autoridades palestinas denunciaron una supuesta escalada contra su población, pues en los últimos días las fuerzas de Benjamin Netanyahu también redoblaron los ataques contra Cisjordania, en un supuesto cerco contra Hamas, con lo que ya suman 25 decesos.
Organizaciones denunciaron que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) lanzaron un ataque aéreo contra civiles en lo que tacharon de operación “ilegal”, pero Tel Aviv contradijo ese informe al sostener que dirigió sus armas hacia un centro usado por los islámicos para ejecutar más actos genocidas al desmentir que arremetiera contra refugiados.
No obstante, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) refutó a Israel al reportar que entre las víctimas hay dos trabajadores de la Agencia para los Refugiados (UNRWA, por sus siglas en inglés), quienes han sido acusados de cómplices de Hamas tras ayudar a secuestrar y a esconder a rehenes.
Incluso, el organismo liderado por António Guterres tachó de “inaceptable” que a la fecha no haya una rendición de cuentas por la guerra que estalló en octubre pasado. En tanto, el gobierno judío recalcó que mantiene amplias labores de rastreo y vigilancia al recalcar que a su población no la ataca un solo enemigo, pues hay más rivales involucrados, y ayer detectó el lanzamiento de hasta 60 cohetes desde Líbano, donde opera la milicia Hezbolá.