El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, tachó de terroristas a los dos españoles detenidos en su país por su presunta implicación en un complot para asesinarlo y desestabilizar al país.
El chavista justificó el arresto de Andrés Martínez y José María Basoa al recalcar que no son turistas inocentes. En su programa Con Maduro+ ironizó que ahora se le llame a esos actos “turismo de aventura” y criticó airadamente cómo se puede defender a visitantes que “vienen a poner bombas y matar gente”, al reiterar que se trata de agentes encubiertos al servicio de intereses extranjeros.
Sin embargo, su gestión sigue sin presentar pruebas de los supuestos delitos cometidos, como solicitó previamente el gobierno español, aunque la dictadura sostiene que ambos ya confesaron sus supuestos planes.
Incluso, el futuro ministro del Interior, Diosdado Cabello, aseguró que ambos cumplían supuestas instrucciones de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA, por sus siglas en inglés), potencia que prometió respaldar a la oposición para restablecer la democracia.
En tanto, Madrid respondió a las nuevas acusaciones de Maduro Moros y rechazó que se trate de terroristas a la espera de medidas para ayudarlos.
En tanto, esa nación mantiene su arropo a los críticos de la dictadura, pues ayer mismo el ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, se reunió con el líder disidente asilado, Edmundo González, para externarle su apoyo y compartir su visión sobre la democracia y libertad que hace falta en Caracas a más casi dos meses del fraude electoral.