Luego de un inesperado ataque en Líbano, presuntamente dirigido a combatientes del grupo paramilitar Hezbollah, dejo miles de heridos y ocho muertos, después de que explotaran sus ‘bípers’ o localizadores personales tras un supuesto hackeo israelí.
Medios locales reportaron que miles de personas en Líbano fueron víctimas de explosiones espontáneas de sus aparatos localizadores. En redes sociales quedó registro de cómo los habitantes de esta región fueron heridas repentinamente, en una ola de explosiones que duró alrededor de una hora.
Hasta la tarde de este martes, fuentes locales aseguraron a la agencia Reuters que el número de heridos por estos hechos asciende a más de dos mil 750 personas, 200 de ellas de gravedad, así como al menos ocho muertas.
¿Por qué y cómo se dió el ataque?
De acuerdo a los primeros reportes, a principios de este año, el líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, limitó el uso de teléfonos móviles, por considerarlos vulnerables a ataques, debido a esta medida se cambió a usar bípers que fueron adquiridos a través de Taiwán.
Los dispositivos estaban programados para sonar durante varios segundos antes de explotar, según fuentes de el New York Times.
Algunos expertos que han estudiado las imágenes del ataque dijeron que estaba claro que por la fuerza y velocidad de las detonaciones debieron ser causadas por algún tipo de material explosivo.
De acuerdo a funcionarios los dispositivos debieron ser manipulados antes de llegar a Líbano, pues explicaron que dicho el material explosivo, estaba implantado junto a la batería de cada localizador.
Taiwán se deslinda del ataque
Taiwán se deslindó de las explosiones de miles de bípers o localizadores en Líbano, ataque simultáneo que dejó 12 muertos y cuatro mil heridos en su mayoría combatientes de Hezbolá.
Este ataque puso a la nación asiática en la mira como posible cómplice o por ser usada para los planes de modificar los llamados buscadores y usarlos contra la milicia en territorio libanés, a la que acusan de ser aliada de Hamas, perpetrador de la masacre de Israel el pasado 7 de octubre.
Pero la nación y la empresa señalada como fabricante, Gold Apollo, descartaron que dichos equipos populares en los 90 fueran producidos por ellos. La firma tecnológica, que tiene sus oficinas en Taipéi, recriminó que se le involucrara con una agresión de este tipo al asegurar enfáticamente “ese producto no es nuestro (…) esto es humillante”, según un comunicado difundido luego de que decenas de medios se dieran cita frente a sus instalaciones en busca de una respuesta sobre lo ocurrido el pasado 17 de septiembre.
Posteriormente, la misma empresa detalló que su marca es usada por otros productores. Con lo que puso la mira sobre Europa al detallar que la compañía BAC Consulting, con sede en Hungría, también fabrica y ensambla bípers de ese tipo y hasta con sellos, equipos que estallaron y causaron heridas, mutilaciones y hasta la muerte de varias personas en Líbano y en Siria, ante lo que de inmediato Budapest se posicionó al asegurar que la firma ahora señalada sólo es una “intermediaria comercial”.
Y ante el choque, Taiwán respaldó a Gold Apollo al precisar que esa firma no ha exportado ese tipo de dispositivos a Líbano en los últimos años, lo que contradice reportes iniciales de que fueron comprados este mismo año por la organización terrorista, y adelantó que cooperarán en las investigaciones, aunque de momento no han sido contactados por autoridades de Líbano, esto en medio de una nueva sacudida, pues se reportó que por segundo día consecutivo Líbano sufrió nuevas explosiones, esta vez de radios o walkie-talkie, por los que ya reportan 14 muertos y 450 heridos más.
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LMCT