Los terremotos son fenómenos naturales que ocurren sin previo aviso, este tipo de suceso es completamente diferente a otros que se pueden pronosticar, tales como los huracanes. Ante esto, y al no ser identificados días antes, pueden causar daños graves en el territorio donde se hacen presentes. Cabe resaltar, que un temblor de gran magnitud es un movimiento violento del terreno ocasionado por la liberación de energía que surge con del interior de la Tierra.
México es uno de los países que más ha sufrido a causa de los terremotos, inclusive, el último que dejó a decenas de muertos, a personas sin vivienda, y a edificios en las ruinas fue el 19 de septiembre de 2024. Sin embargo, no es la única nación que ha sido víctima de los movimientos telúricos de la tierra, puesto que Japón vivió en el 2011 el peor sismo de su historia.
Fue el 15 de marzo del 2011, cuando un sismo de magnitud 9 provocó la muerte de al menos 20,000 personas, además de que causó grandes daños materiales en las regiones de Fukushima, Iwate, y Miyagi. No conforme con un temblor, un tsunami se presentó ese mismo día, motivo por el cual se realizaron evacuaciones masivas. Sin embargo, ante estos dos fenómenos naturales, se esperaba que las consecuencias en Japón fueran más crudas y dolorosas.
¿Qué medidas implementa Japón ante los terremotos?
Japón se encuentra entre cuatro placas tectónicas, y por ello, es uno de los países con mayor actividad sísmica del mundo. Inclusive, se estima que aproximadamente se presentan 1.500 sismos al año, la mayoría de poca magnitud. No obstante, los que representan un daño para la nación, tampoco dejan grandes secuelas, y esto se debe a sus normativas de construcción antisísmico. Además, de que se preparar a la población para reaccionar ante estos fenómenos.
Para evitar consecuencias devastadoras en Japón a causa de los terremotos, la nación cuenta con códigos de construcción sumamente estrictos. La primeras normas se establecieron después de que el 1923 un terremoto de magnitud 7.9 dejará más de 140,000 sin vida. Además, estas tuvieron como principal objetivo reforzar las estructuras que se construyeran el las zonas urbanas. De hecho, hasta el momento la nación ha invertido millones de dólares para hacer que sus infraestructuras resistan cualquier tipo de fenómeno natural.
Durante la Segunda Guerra Mundial existieron otros daños irreparables en Japón, por tal motivo se estableció una Ley de Normas de Edificación, donde se solicitaba que lo edificios resistieran terremotos de hasta una magnitud 7. Posteriormente, en 1981 se establece que al producirse un temblor de la magnitud ya mencionada, las estructuras deben sufrir daños menores para que sigan siendo habitables.
Asimismo, en casos más extremos, las edificaciones deben cumplir con simple hecho de no derrumbarse. No conforme con esto, Japón se encuentra diseñando edificios para que se muevan de lado a lado con el movimiento del terremoto, de esta forma la estructura no se estresa y no se debilita.
Por otro lado, el 1 de septiembre es el Día de la Prevención de Desastres en Japón, una fecha que antepone las recomendaciones necesarias para atender los desastres naturales, y a la vez preparar a los ciudadanos para emergencias. Además, la nación cuenta con sistemas como J-Alert Earthquake Early Warning para detectar de forma precisa y a tiempo información sobre terremotos, tsunamis, y condiciones climáticas.