El ejército israelí intensificó ataques contra Hezbolá en Líbano al bombardear mil 600 objetivos terroristas, acto en el que mató a 492 personas, 35 de ellas niños, e hirió a mil 645 en el día más letal desde 1990, según la prensa de Medio Oriente.
Y justificó el operativo “Flechas del Norte” al frustrar, según las Fuerzas de Defensa (FDI), un plan enemigo a gran escala, por lo que golpeó “amenazas” como casas de mandos islámicos, puestos de control y depósitos de armas en Beirut y el sur libanés y tenía en la mira al comandante Ali Karaki, de la cúpula rebelde.
Pero Líbano acusó el “plan de destrucción” al desatar la mayor devastación y éxodos, por lo que urgió intervención global para frenar la “escalada peligrosa”, que anticipó Egipto, pero el gobierno de Benjamin Netanyahu argumentó que hizo todo a su alcance para salvar vidas, al insistir que el choque es con Hezbolá no con la población, horas después de asestar que el rival “recibiría el mensaje”.
Y es que previo a la embestida ordenó a los civiles, mediante mensaje telefónico, evacuar zonas de riesgo, pues atacaría bases islámicas, luego de que el grupo proiraní disparó 130 misiles de largo alcance cerca a la frontera, como en Haifa y Jezreel, de acuerdo con medios israelíes.
El ultranacionalista recalcó que su blanco es quien quiere destruir a su país y exhortó a los libaneses: “No permitan que Hezbolá ponga en peligro a Líbano”, mientras sus fuerzas prevén “días difíciles” para hacer retroceder a los rebeldes.
En un mensaje televisivo explicó que el rival, igual que Hamas, arriesga a la población y la usa de escudo, pues hay evidencia en videos y fotos de cómo lanzan ataques desde casas, donde almacenan cohetes listos para ser disparados, ante lo que sentenció “a quienquiera hacernos daño, le haremos aún más”, anticipando golpes duros contra los financiados por Irán, pues un aliado dijo que sólo “entenderán con más fuerza”, según el Canal 12.
Plan que reforzaron mandos como Yoav Gallant, ministro de Defensa; Daniel Hagari, vocero de las FDI, y Herzi Halevi, jefe del Estado Mayor, tras la reunión del Gabinete de Seguridad. Coincidieron que atacarán hasta desmantelar la infraestructura que Hezbolá construyó en Líbano, al culpar al gobierno vecino de permitir la proliferación del terrorismo, pues Herzi Halevi recordó que el rival puso cohetes en salas, garajes y techos de civiles, al exponerlos como culpables de la crisis.
Dicha organización aún cuenta con gran capacidad, al almacenar misiles que alcanzan blancos a 200 kilómetros de distancia o cohetes con ojivas de mil kilogramos, por lo que no descartan una respuesta ante más amagos, pues ésta insistió que el fin depende del alto al fuego en Gaza y alardeó que su jefe del frente sur, Ali Karaki, está a salvo y fue trasladado a un “lugar seguro”, tras el intento de aislar al mando máximo, Hassan Nasrallah.
Lo de ayer hace temer escenarios más críticos, pues en Gaza en casi un año contabilizan 41 mil decesos, y varios países y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) admiten gran preocupación por los ataques y el éxodo masivo, cuando ya había 100 mil desplazados tras una intensidad que no se veía en años.
Por horas miles abarrotan las carreteras para llegar a uno de los 90 refugios habilitados. Luego de estallidos que reventaron ventanas y dejaron escombros en Beirut, familias enteras huyeron con lo esencial en maletas a pie o a bordo de autos que llenaron hasta con colchones, en busca de otro hogar tras ser desplazados por segunda vez, pues revelaron a Reuters y AP que tras intercambios a disparos en la frontera se mudaron con familiares.
La mayoría de naciones en la región condenó el ataque que avecina más derramamiento de sangre y el riesgo de que Irán se una, por lo que Arabia Saudita, Emiratos Árabes e Irak priorizaron la necesidad de contener la violencia y en Europa critican la falta presión para que Israel acepte el cese de las hostilidades.
Otras naciones como China, Estados Unidos y México exhortaron a su gente a salir lo antes posible y enfatizaron que no es momento de viajar ni a Líbano ni a Israel, por lo que hasta el Pentágono envió tropas sin revelar posibles tareas.