El huracán Helene tocó tierra anoche en Florida, con potencial “extremadamente peligroso” tras evolucionar a categoría 4, lo que anticipa un riesgo mortal para ésa y otras cuatro entidades en el sureste de Estados Unidos mientras autoridades insistían en no minimizar las alertas.
En sólo 10 horas el fenómeno que consideran podría ser uno de los más devastadores en el Atlántico pasó de nivel 1 a 4, el máximo estimado por su paso por el Atlántico por el Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés).
Y luego de acechar a la península, el ciclón ingresó por Big Bend con vientos de más de 250 kilómetros por hora después de las 23:00 horas (tiempo local), dentro del margen previsto, y mientras decenas de familias se alojaron en refugios ante el temor de que su casa no resistiera.
En repetidas ocasiones el gobernador Ron DeSantis, el Servicio Meteorológico (NWS) y la administradora de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), Deanne Criswell, recalcaron enfáticamente el llamado a protegerse ante duras advertencias de golpes sin precedentes por un fenómeno “enorme y peligroso”, de acuerdo con NHC, ante el que era “imposible de sobrevivir” al exterior y por el que cancelaron miles de vuelos.
Muestra del paso intenso es que antes de tocar tierra Helene dejó casi un millón de hogares sin luz, de acuerdo con operadores como PowerOutage, tras acelerar los llamados a evacuar cuando el huracán seguía en el Golfo de México.
Ante ello, socorristas insistieron en no aventurarse a salir, pese a signos de relativa calma, pues habría severas inundaciones de casi medio metro de altura, anegaciones inusuales en zonas secas y hasta tornados.
Asimismo, se recalcó que, pese a su avance hacia Georgia, Virginia y las dos Carolinas, era muy probable que durante la madrugada volviera a las costas antes de perder su fuerza y convertirse en una depresión tropical, por lo que durante todo el fin de semana prevalecerían las condiciones críticas con lluvias, inundaciones, fuertes rachas de viento y marejadas históricas ante las que el gobierno federal se dijo listo para intervenir.
Pese a los riesgos la Guardia Costera redobló los recorridos en zonas de riesgo cerca de la costa y rescató a un hombre y su mascota, un perro, que quedaron atrapados por el nivel del agua.
Y ante las reiteradas alertas de condiciones letales, el mandatario estatal insistió en no minimizar y atender a tiempo los llamados, pues un instante podría ser clave para salvar vidas y permanecerían abiertos todos los refugios habilitados en escuelas y otros puntos clave.