El régimen iraní avivó las amenazas en Medio Oriente con una embestida masiva contra varias ciudades en Israel, provocación por la que esa nación prometió que el rival pagará su “gran error”, mientras el mundo exige parar la escalada.
A horas de una incursión “selectiva” del rival en la frontera de Líbano, la República Islámica disparó 181 misiles, operativo que denominó “Promesa verdadera 2” y uno de los mayores en lo que va del año. Aunque la cifra es inferior a los 200 drones y cohetes lanzados en abril pasado, por primera vez éste usó armas hipersónicas Fattah, capaces de alcanzar blancos a mil 400 kilómetros, lo que activó sirenas durante casi una hora en gran parte de Israel, luego de que Estados Unidos advirtiera un ataque “inminente”.
Teherán, líder del llamado eje de la resistencia junto a Irak, Líbano, Palestina, Siria y Yemen, justificó y reivindicó su plan “legal y legítimo” por los “mártires” en territorios libanés y palestino, en claro apoyo a Hezbolá y Hamas.
Muestra de ello es que la venganza provino de la figura máxima en Irán, pues se reveló que el ayatola Ali Jamenei la avaló tras los bombardeos en Beirut y especialmente por los golpes letales a las cúpulas terroristas.
Y es que en sólo un par de meses las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) eliminaron a mandos clave: Hassan Nasrallah, máximo líder de Hezbolá, Ismail Haniyeh, cabecilla de Hamas, y Abbas Nilforoushan, miembro del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI), reduciendo su poder en la región.
Tras este golpe alardeó que cumplió sus advertencias al sostener, según la Guardia Revolucionaria, que 80 por ciento de sus cohetes dieron en el blanco al atemorizar de nuevo a esa población, pues miles de judíos se resguardaron en refugios mientras los disparos estallaban en la Cúpula de Hierro.
Pero el ejército israelí desmintió al rival y asestó que su sistema defensivo interceptó la mayoría de golpes. En un inicio se especuló que habría daños considerables, pero se dijo que el número de impacto fue muy bajo y autoridades de seguridad informaron que algunos disparos evadieron la defensa y alcanzaron blancos cerca de escuelas.
Dicha acción desató más cruces con Tel Aviv, pues Teherán sentenció que completó su “tarea” y aconsejó a los “sionistas” a no responder para evitar mayor dolor al amagar con planes “aplastantes y devastadores”, luego de matar a una persona en Israel, que resultó ser palestino.
Pero tal intimidación no rindió frutos, pues la nación judía adelantó una reacción “poderosa” en cuestión de horas, pues el vocero militar, Daniel Hagari, recalcó que sus tropas están listas para atacar “donde sea, cuando sea y como sea”, luego de que el premier Benjamin Netanyahu declaró que el rival islámico pagaría las consecuencias de este “gran error”, anticipando otra escalada.
El ultraderechista recalcó que no luchan sólo por Israel, sino por la seguridad global, pues hasta su embajada en México advirtió en un comunicado que sin un freno ahora se fortalecería a un agresor dispuesto a recurrir a armas nucleares.
Y añadió que tal embestida no quedará sin respuesta, anticipando un contraataque de gran nivel, tras la tensión que revivió la ofensiva del 7 de octubre del 2023 a manos de Hamas, a días del primer aniversario de la masacre por la que 101 rehenes siguen en Gaza, mientras enormes estruendos ocurrían y destellos naranja iluminaron el cielo, pero al cierre de esta edición no hubo tal ofensiva.
Lamentablemente, Israel confirmó que en la nación hubo ocho muertos, pues a la par del ataque dos terroristas abrieron fuego en una estación de tranvía en la zona de Jaffa, en Jerusalén, punto en el que oficiales neutralizaron a los atacantes, para evitar mayor daño, pues también hubo 10 heridos.
Ante ese escenario Israel no baja la guardia y recordó que desde finales del año pasado lucha en frentes desde Gaza, Líbano, Irán y Yemen, al tiempo que mostró su poderío militar al golpear de nuevo a Líbano, pues se reportaron fuertes explosiones en suburbios de Beirut que provocaron que un edificio colapsara, jornada en la que hubo decenas de muertos, según el Ministerio de Salud.
Ante las nuevas tensiones, Tel Aviv cuenta con el apoyo de Estados Unidos, pues además de unirse a interceptar misiles, tachó de inaceptable la embestida y amagó con duras consecuencias.
En tanto, líderes mundiales refrendaron el llamado a la desescalada; la voz principal fue del secretario general de las Naciones Unidas, pues António Guterres enfatizó la urgencia de frenar las hostilidades y sellar un alto al fuego, por lo que se prevé otra reunión del Consejo de Seguridad. Pero tanto Irán como Israel arremetieron en su contra. El agresor criticó que el organismo no actúe ante el “genocidio”, mientras que Israel acusó que sólo condena a su ejército y no las agresiones que sufre, como lo ocurrido ayer.