Un atentado a la sede aeronáutica militar en Turquía cobró la vida de al menos cinco personas, ante lo que la nación advirtió que el terrorismo no tendrá cabida en su territorio, sin que ningún grupo reivindicara la agresión.
Medios asiáticos reportaron que cuatro sujetos armados trataron de irrumpir en las instalaciones de Industrias Aeroespaciales Turcas (TUSAS) en lo que apunta a un aparente asalto; pero no pudieron pasar más allá de los torniquetes de las oficinas en Ankara, pese a desatar una fuerte explosión y disparos, según testigos en la zona.
El ministro del Interior, Ali Yerlikaya, confirmó el ataque al revelar que los agresores que arribaron a la zona en un taxi trataron de aprovechar el cambio de turno para sorprender al personal y, posiblemente, sustraer aeronaves militares o algún tipo de tecnología, pero la reacción de los trabajadores lo impidió, pues cerraron sus áreas y se resguardaron, al tiempo que descartaron informes de que habrían tomado rehenes.
El funcionario detalló que, lamentablemente, en el acto resultaron heridas 22 personas, tres de ellas están en condición grave, aunque no especificó si por impactos de bala o el estallido; también se informó que dos sospechosos —un hombre y una mujer— fueron abatidos, mientras la prensa publicó imágenes de sus rostros obtenidas por cámaras de seguridad, pues iban con el rostro descubierto y dos llegaron tomados de la mano.
Tras los hechos, el presidente Recep Tayyip Erdogan condenó el ataque y desde el exterior advirtió que “ninguna organización terrorista podrá alcanzar sus objetivos” ni trastocar la paz en Turquía.
En tanto, la Fiscalía abrió una investigación para identificar a los responsables y horas después se filtró que Turquía atacó más de 30 objetivos en Irán y Siria al identificar como agresor al Partido de Trabajadores del Kurdistán (PKK).