El número de muertos por las inundaciones en España ascendió a al menos 205 (202 en Valencia, dos en Castilla-La Mancha y uno en Andalucía), y se cree que muchas más están desaparecidas, mientras que la conmoción inicial dio paso a la ira, la frustración y una ola de solidaridad.
Miembros de las fuerzas de seguridad y mil 700 soldados de la unidad de emergencia están buscando a desaparecidos. Los funcionarios temen que se puedan encontrar más cuerpos en vehículos destrozados y garajes inundados. La Guardia Civil ha rescatado a más de 4 mil 500 personas atrapadas.
Los sobrevivientes recogían escombros causados por la tormenta del martes y miércoles mientras lloraban a sus seres queridos perdidos en el desastre natural más mortal que se recuerda en España. Muchas calles aún estaban bloqueadas por vehículos amontonados y escombros, en algunos casos atrapando a los residentes en sus hogares.
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La tormenta cortó los servicios de energía y agua el martes por la noche, pero aproximadamente 85 por ciento de los 155 mil afectados recuperaron la energía. Unas 252 mil personas continúan sin línea de teléfono.
Más de cien carreteras siguen cortadas en las comunidades afectadas, por lo que el Gobierno liberó “una primera asignación” de 24.8 millones de euros para empezar a reconstruir las vías.
El servicio ferroviario entre Madrid y Valencia está cortado y se prevé recuperar su funcionamiento en dos semanas, ya que hay varios túneles con daños severos, aunque ya se habilitaron algunas líneas para traslado de suministros.
La tragedia ha desatado una ola de solidaridad en todo el país. Durante la mañana, cientos de residentes han llegado a pie a las áreas más afectadas, llevando agua, productos esenciales, palas y escobas para ayudar a remover el lodo. El número de personas que vienen a ayudar es tan alto que las autoridades les han pedido que no conduzcan ni caminen hasta allí, porque bloquean las carreteras necesarias para los servicios de emergencia.