Cinco de las siete entidades clave en esta contienda histórica quedaron sin definición al alargar la noche electoral, aunque parece prácticamente un hecho el retorno del primer exmandatio convicto Donald Trump para un segundo mandato al pintar gran parte del país de rojo cuatro años después de fracasar en su intento de reelección, cuando perdió frente a Joe Biden.
La sorpresa de la noche fue Georgia en donde aseguró los 16 votos electorales en disputa por apenas dos por ciento, dentro del margen de error como anticipaban múltiples encuestas, ante su contrincante la vicepresidenta Kamala Harris, quien entró a la contienda en julio pasado tras sustituir al aspirante inicial, y a quien repetidamente descalificó por “incompetente” por su labor como “zar fronteriza”.
Y es que al amarrar el estado —gobernador por su partido— revirtió su histórica derrota de 2020 cuando presionó a autoridades estatales a encontrar hasta 12 mil sufragios para darle la victoria, misma que no llegó.
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Resultado rememora la polémica llamada telefónica al secretario del estado, Brad Raffensperger, y por la que en esta entidad y la fiscal de Fulton, Fani Willis, trataron de enjuiciarlo, procesos que apuntan al olvido, pues expertos y políticos en la nación anticiparon al volver al Despacho Oval usará su poder para indultarse y dará carpetazo, especialmente luego de conseguir la inmunidad de la Suprema Corte, lo que podría replicar con miles de condenados por la insurrección.
Asimismo, el político de 78 años se llevó Carolina del Norte al obtener más de la mitad del voto total y tomar distancia de tres puntos de la exfiscal, evidenciando la reñida contienda.
En tanto, las otras regiones cruciales, Arizona, Michigan, Nevada y Wisconsin, quedaron en suspenso, pero con tendencia favorable para el magnate, con lo que es probable que hoy mismo se confirme su triunfo y a la brevedad se declare ganador, acortando la incertidumbre de 2020 cuando tardaron cuatro días y Biden asumió oficialmente el poder en enero del 2021, semanas después de la del asalto al Capitolio, el día más oscuro de la potencia por atentar contra el Estado de derecho con tal de extender su poder.
Sin embargo, la nación seguirá envuelta en tensiones por los temores de un gobierno “sin límites” como acusó Kamala Harris, pues la exfiscal advirtió que su rival impondría una administración de “venganza”. Y destacan las amenazas por su retórica migrante. En las últimas semanas ratificó su intención de sellar la frontera para frenar la invasión que empeoró bajo el mandato de Joe Biden a quien considera el peor presidente de la historia y amagó con imponer aranceles de 25, 50, 75 y hasta 100 por ciento a las exportaciones de México si la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum, no detiene la “avalancha” de criminales y drogas, al arremeter contra una comunidad que también fue clave en su retorno a la nación.
En la jornada de ayer Donald Trump se quedó con casi la mitad de estados al sumar a su balance 23 de los 50, entre ellos dos de los que más votos otorgan Texas (40) y Florida (30), mientras que la vicepresidenta afianzó sólo 20, incluyendo su natal California, que reparte 54 votos del colegio electoral, con lo que logró acortar distancia ligeramente del magnate, pero no fue suficiente.
Cabe destacar que en la jornada de ayer la población destacó que sus prioridades para elegir fueron la economía y la democracia. Tópicos repetidos entre los aspirantes, pues destaca que muchos ven en el presidente 45 de EU mayor oportunidad de encarrilarlos a un panorama financiero estable y de recuperación, mientras que la número dos de EU, de 60 años, es más confiable para romper la polarización y división que se exacerbó a raíz del asalto al Capitolio en los últimos comicios, pues justamente su rival es señalado como el incitador de una turba que cometió la mayor agresión a la democracia en ese territorio y es un delincuente convicto, pues a inicios del 2024 fue declarado culpable de 30 delitos por conspiración electoral y falsificación comercial.
Parte de esta división se reflejó ayer con incidentes aislados, entre ellos arrestos y amenazas que el Buró Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés) consideró “no creíbles” al atribuirlas a interferencia electoral rusa, como en 2016.
En el primer escenario hubo arrestos en el Capitolio y en Michigan; en la capital del país se informó que un sujeto fue detenido en la sede legislativa tras identificar un riesgo pues iba empapado en combustible y portaba una antorcha, mientras que en la otra región dos ciudadanos fueron capturados por lanzar amenazas en línea de disparar contra electores y hasta contra el exmandatario Donald Trump, quien en esta campaña sobrevivió a tres atentados, como en Pensilvania y Florida.
Además, al menos tres entidades, Arizona, Georgia y Pensilvania, vieron interrumpidas sus actividades en varios centros de votación por el peligro de explosivos en la zona; aunque el FBI consideró que los amagos “no eran creíbles” respondió y desalojó a empleados y electores hasta descartar cualquier riesgo, mismo que la agencia y el secretario del estado de Georgia, Brad Raffensperger, atribuyeron al régimen de Vladimir Putin, pues los correos que lanzaron las advertencias tenían dominios de la región.
En tanto, en Arizona, Iowa, Pensilvania y Wisconsin presentaron problemas con las máquinas de votación lo que impidió la emisión de votos y que en la última zona forzó a extender el horario de recepción de votos para garantizar este derecho, mientras que Milwaukee, Wisconsin, cerca de 30 mil votos tuvieron que volver a pasar por las máquinas debido a una “falla humana”, lo que retrasó el conteo.