Donald Trump se concentra en su plan de deportaciones masivas y tras convertirse en presidente electo de Estados Unidos ratificó que será lo primero que haga al volver a la Casa Blanca, una acción más agresiva en comparación con su primera gestión (2017-2021).
Al ser cuestionado sobre el costo y el desafío de implementarlo, abundó que no le preocupa. “No es una cuestión de precio, no tenemos otra opción”, enfatizó a NBC News en su primera entrevista poselectoral sobre la estrategia para una frontera “fuerte y poderosa”, que unos tachan de “inhumana”.
El republicano, quien en campaña sostuvo que sería un “dictador” el día 1, dejó en claro que no permitirá que criminales que matan y capos de la droga que destruyen países sigan ilegalmente en su territorio, demostrando que el amago a latinos es una realidad, pese a que analistas creen que no lo concretaría al ser más una táctica de retórica antimigrante que una prioridad, pero que de igual forma despierta temor e incertidumbre entre el sector al que repetidamente ha tachado de “invasores”, “criminales” y “animales”.
Prevén récord con “año más caluroso”
Incluso, el político de 78 años —quien el 20 de enero impondrá un récord como el presidente de mayor edad en EU— argumentó que eso es lo que quiere el país y por ello lo respaldó el pasado 5 de noviembre para volver a la presidencia.
Añadió que los estadounidenses “quieren” fronteras seguras y les preocupa el aumento significativo de cruces ilegales, tema en el que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) documentó que tan sólo en el último año fiscal, de octubre del 2023 a septiembre de este año, hubo 2.1 millones de arrestos en los límites con México, más del doble de la apuesta republicana a expulsar, según declaraciones del futuro vicepresidente, JD Vance.
Y Trump asestó que incluso los latinos lo apoyan, pues fueron clave en la victoria ante la demócrata Kamala Harris y “zar” en la materia luego de cuatro años de una política de fronteras abiertas, al culpar al gobierno actual de la crisis y recalcar que los extranjeros tienen que venir legalmente a la nación.
Sin embargo, el conservador no adelantó montos ni pasos logísticos para esta polémica estrategia, pero su equipo ya se moviliza. Reuters reveló un día antes que aliados y exfuncionarios del magnate preparan ajustes de cara a su investidura para darle vía libre desde el arranque, pues necesita mayor coordinación entre la policía, agencias federales y los Departamentos de Justicia y de Defensa para asegurar tal plan, pues no sólo se trata de fondos económicos sino de personal, camas adicionales para las detenciones y jueces para enviarlos de vuelta a sus países de origen.
Sobre el posible costo, el Consejo Americano de Inmigración estimó que ascendería a 960 mil millones de dólares en una década, pues hay 13 millones de extranjeros irregulares en EU, y la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) se declaró lista para contraatacar al recordar que en su primer mandato emprendió 430 acciones en su contra.
Entre estos planes el republicano ya da forma a su gabinete, al adelantar que su jefa de campaña, Susie Wiles, liderará el grupo al reconocer que fue clave para “lograr una de las mayores victorias políticas en la historia de EU”, mientras la prensa baraja más nombres para el gabinete y la transición, entre los que destacan el multimillonario Elon Musk, Robert F. Kennedy y Marco Rubio.
BIDEN CALMAR ÁNIMOS. El presidente Joe Biden llamó a rebajar la tensión y ofreció una transición pacífica para el retorno de Donald Trump, con quien se reunirá en breve, al aseverar a la nación que se volverá a levantar.
En su primer mensaje tras el revés, afirmó que las derrotas son inevitables y esta “batalla” aún duele, pero “rendirse es imperdonable”, por lo que instó a dejar de verse como adversarios y aceptar el resultado al externar que “no se puede amar al país sólo cuando ganas”, un mensaje de conciliación como Kamala Harris.
Además, envió un recado a Trump al asestar “cumpliré con mi deber como presidente” para la transferencia ordenada como merece la potencia, lo que recuerda que hace cuatro años el magnate no acudió a la investidura del demócrata.
Desde la Casa Blanca destacó lo hecho en su histórica gestión y añadió que le quedan 74 días de gobierno y hará que “cada día cuente” tras dejar una de las economías “más fuertes del mundo”.
Inquieta escena global; urgen a no delegar más
El arribo por segunda vez de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos eleva la inquietud mundial sobre el impacto que tendrá en este escenario y en Europa piden asumir un nuevo liderazgo y no “delegar” sus intereses a esa potencia.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, toma la batuta para nivelar su autoridad como bloque al cuestionar a sus homólogos si están listos para defender sus intereses y dejar de delegar temas de trascendencia. Durante una reunión de la Comunidad Política regional en Budapest remarcó que el republicano ya fue elegido para otro mandato y es claro que protegerá su agenda política, por lo que urgió a sus aliados a hacer lo mismo y creer en su autonomía para escribir su historia sin depender de otros.
Y asestó que en este momento “decisivo” deben concretar un “despertar estratégico”, según la prensa internacional, para demostrar que no son simples clientes y a partir de ahora “retomar el control” hacia la próxima década si así lo deciden para evitar ser devorados por otros gobiernos. Postura que respaldó el actual líder del Consejo Europeo y presidente de Hungría, Viktor Orbán, al aseverar que el continente “debe asumir más responsabilidad por su seguridad”, pues no pueden esperar que EU los proteja.
Panorama en el que dejó entrever que habrá asuntos en los que no coincidan con el empresario, como en planes para revertir el cambio climático, pues él no cree en ese problema, por lo que el galo instó a reivindicar su independencia geopolítica. Y recordó que en este escenario hay dos actores clave en competencia directa: Estados Unidos y China, proceso en el que dichas potencias no respetan reglas internacionales, y como bloque europeo tienen otras prioridades como la seguridad regional.
Y es que se encuentran en medio de una guerra entre Ucrania y Rusia, régimen invasor que podría salir beneficiado con el reciente ascenso de Donald Trump, pues destaca que el político admite públicamente su cercanía con Vladimir Putin y podría ser un factor clave para buscar una salida al conflicto luego de criticar el prolongado financiamiento que ha dado Washington a Volodimir Zelenski.
En torno al tema bélico resalta que en medio de estos llamados Vladimir Putin se dijo abierto a discutir con su futuro homólogo Donald Trump sobre la guerra contra Ucrania. Luego de felicitarlo por su victoria electoral y elogiarlo como un hombre valiente tras su atentado en julio pasado, reveló, según agencias rusas, que el deseo del republicano para poner fin a esta crisis “merece atención”, al tiempo que sugirió que las potencias podrían restablecer relaciones, pues ve un mejor entendimiento con él que con el mandatario actual, Joe Biden.
Pero no fue el único régimen en pronunciarse sobre el retorno de Donald Trump al poder, pues el mandatario comunista chino, Xi Jinping, lo felicitó y lo exhortó a hallar una “forma de llevarse bien” y respetarse, en medio de marcadas tensiones con la gestión actual.