Donald Trump, quien fue electo el martes para un segundo mandato como presidente de Estados Unidos, sostuvo una llamada telefónica con el presidente de Ucrania Volodímir Zelenski, en la cual se integró al empresario dueño de X y Tesla Elon Musk.
La información recabada por medios internacionales desconoce los temas que los tres personajes abordaron en esta conversación, si bien Musk ha sostenido una estrecha conversación con el futuro presidente de Estados Unidos e, incluso, apoyó su tercera campaña presidencial.
La conversación duró aproximadamente 25 minutos, según fuentes citadas por Axios y CNN. Zelenski felicitó a Trump por su “histórica victoria” y ambos acordaron mantener un diálogo cercano para reforzar la cooperación entre sus naciones.
Donald Trump, quien en campaña prometió resolver la guerra en Ucrania “en 24 horas”, aseguró su apoyo a Kiev, aunque no ofreció detalles concretos sobre sus planes.
Por su parte, Musk afirmó que continuará respaldando a Ucrania a través de los satélites Starlink, los cuales han sido fundamentales para las operaciones militares ucranianas desde el inicio de la invasión rusa en 2022.
Sin embargo, su inclusión en la llamada generó inquietudes sobre su creciente influencia en la administración Trump y su postura ambigua en el conflicto. Musk ha sido señalado por presuntos contactos regulares con el presidente ruso Vladímir Putin desde 2022, aunque ha negado cualquier simpatía hacia Moscú.
Fuentes cercanas al gobierno ucraniano describieron la llamada como positiva, destacando que no generó ansiedad adicional sobre el futuro del apoyo estadounidense. Sin embargo, Zelenski expresó públicamente en Budapest su incertidumbre sobre cómo Trump manejará el conflicto: “Un final rápido podría significar pérdidas para Ucrania. Necesitamos garantías de seguridad y justicia en cualquier acuerdo".
El compromiso de Trump con Ucrania ha sido objeto de escrutinio, especialmente después de que durante la campaña criticara los paquetes de ayuda militar enviados por la administración Biden y sugiriera una mayor presión para negociar con Rusia.
Por otro lado, Musk, cuya empresa SpaceX colabora estrechamente con el gobierno de Estados Unidos, enfrenta cuestionamientos por su acceso a información sensible y sus presuntos vínculos con adversarios extranjeros.
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