La primera semana de la Cumbre Climática COP29 pasó sin el impacto esperado para revertir el calentamiento, pues además de no lograr consenso, los países parecen disentir de sus objetivos, ante lo que el líder de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, llamó a ser más ambiciosos.
Pese a demandas para corregir el rumbo, resaltaron más los contrastes, pues el anfitrión, Azerbaiyán, optó por impulsar el uso de combustibles fósiles, culpables de récords de emisiones contaminantes y de que este año se rompa otra vez la temperatura, pese a las advertencias sobre los retrocesos en la materia.
Por ello, el líder de la ONU insistió en la urgencia de apostar por el planeta y el futuro de todos al advertir que no se trata sólo de promesas sino de planes decisivos para estar a la altura, porque el “fracaso no es una opción”, según un mensaje en X y retomado en un comunicado.
Y es que en el encuentro en Bakú los gobiernos coinciden en la necesidad de ampliar el financiamiento y actuar en conjunto, pero hasta ayer no había acciones firmes para actuar ante la crisis, lo que evidencia un bajo interés al posponer apuestas o delegar la firma de acuerdos, contrario a lo que exigen expertos.
Con esos tropiezos se espera que en esta semana crezca el interés y el compromiso con el arribo de ministros de gobierno para que tomen las riendas de estas negociaciones, pues uno de los principales temas que atoran la discusión es la cifra para atender el problema. Al respecto, Debbie Hillier, líder de políticas en Mercy Corps, comentó a Associated Press que las potencias son las que se resisten a dar un número y dejan todo al final.
Ante lo que el secretario climático ante las Naciones Unidas, Simon Stiell, urgió a todos los presentes a actuar tras exhibir que el avance es muy lento, mientras se acorta la ventana de oportunidad.
