Más naciones, igual que Estados Unidos, se decantan por permitir que Ucrania ataque Rusia con armas de largo alcance, pues ayer Reino Unido respaldó a las fuerzas de Volodimir Zelenski. Y éstas no tardaron en usar sus misiles Storm Shadows, con alcance de 250 kilómetros de distancia, ante nuevas amenazas de bombardeos en su territorio.
Aunque esos proyectiles ya eran usados en suelo ucraniano en la guerra, incluyendo Crimea, The Guardian y Bloomberg reportaron que por primera vez el ejército disparó una docena contra enemigos en Kursk, zona fronteriza en la que tropas norcoreanas reforzaron al invasor, aunque hasta el momento ni el Ministerio de Defensa ni el Estado Mayor se atribuyen esas ofensivas. Pero el titular del ejército, Rustem Umerov, lo dejó entrever al declarar a la BBC “estamos capacitados y somos capaces de responder”.
La cifra reportada por la prensa mundial representa el doble de los ATACMS disparados casi 24 horas antes y resalta que esta vez, a diferencia del ataque fallido en Briansk, sí dieron en el blanco, pues líderes rusos admitieron en Telegram que golpearon un cuartel en Márino al compartir imágenes de una columna de humo en la zona tras escuchar alrededor de 14 explosiones, sin que se reportaran víctimas; dicho ataque podría ser usado por el rival para tomar represalias después de modificar su doctrina nuclear.
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Al respecto, fuentes del Kremlin ven una importante escalada al acusar que éste ya no es un conflicto entre Moscú y Kiev, sino contra la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), uno de los principales aliados de Ucrania.
Además, resalta que la nación británica tampoco ha dado declaraciones sobre el supuesto aval, siguiendo los pasos de Washington, pero varios medios señalan que habría más países interesados en ceder a las demandas de Volodimir Zelenski, quien advirtió que sin armas y sin ayuda económica sólo se beneficia al invasor al orillar a los suyos a una derrota. Pero Francia ya analiza la posibilidad de que la resistencia utilice proyectiles SCALP, con alcance similar a los Storm Shadows, lo que daría pie a que otros cambien su postura a más de 32 meses de combates.
Y es que Estados Unidos sigue dando pasos en favor de Kiev, pues ante posibles cambios con el nuevo gobierno que entrará en la potencia, también autorizó el uso de minas antipersonales, mismas que están prohibidas en decenas de países, pero que podría suministrar junto a Canadá, según medios rusos. Se reveló que Biden también prevé condonar una deuda de casi cinco mil millones de dólares en préstamos a su homólogo ucraniano, mientras la región toma precauciones, pues ante el temor de “ataques aéreos significativos”, como parte de la guerra psicológica, varias embajadas cerraron, como las de EU, España, Grecia e Italia.
En medio de estas condiciones críticas que obligan a la resistencia a reforzarse, la agencia Interfax reveló, según documentos oficiales que el Kremlin podría entregar al gobierno entrante en EU, que el plan de Vladimir Putin es desaparecer ese Estado, al dividir dicho territorio en al menos tres partes.
Según datos de Inteligencia, el Ministerio de Defensa ruso estima que en dos décadas el ahora país vecino, que formó parte de la Unión Soviética, ya no existirá, pues cree que oficialmente las regiones que se anexó ilegalmente en este choque —Donetsk, Lugansk, Jerson y Zaporiyia—, así como Crimea, serán de la Federación Rusa, la parte media se convertirá en un nuevo Estado y la última región podría ser reclamada por gobiernos del Este, como Hungría, Polonia o Rumania.