La Corte Penal Internacional (CPI) emitió órdenes de arresto contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el exministro de Defensa Yoav Gallant a más de un año de la guerra contra Hamas, lo que el país tachó de acto de “odio” y “vergüenza”.
A seis meses de adelantar esa acción, el máximo tribunal de las Naciones Unidas aceptó la sugerencia del fiscal Karim Khan contra “superiores civiles” judíos ante la incursión militar y contra un terrorista, Ibrahim Al-Masri o Mohammed Deif, quien presuntamente está muerto.
La Haya sustentó que hay motivos “razonables” de su responsabilidad por asesinato, persecución, actos inhumanos y usar el hambre como método de guerra de manera “sistemática”, ante repetidos bloqueos a la ayuda humanitaria en Gaza, donde suman 44 mil muertos, según datos de la Autoridad Palestina, lo que atajó Israel al aseverar que han entregado 700 mil toneladas de alimentos.
Lo que despertó indignación en Tel Aviv al considerarlo un acto “antisemita” y “decepcionante”, pues es una acusación infundada, según la Fiscalía israelí, territorio que defendió su reacción a la peor masacre al pueblo judío, luego de que Hamas matara a mil 200 personas, a las que quemó vivas, decapitó o violó, y secuestrara a 250, de las que 101 siguen retenidas en túneles hace 412 días.
(Decisión) fue tomada por un fiscal que está tratando de librarse de cargos de acoso sexual y por jueces sesgados motivados por sentimientos antisemitasBenjamin Netanyahu, Premier israelí
Más tarde, el líder ultraderechista advirtió que ni ese “día negro”, por una decisión “escandalosa”, y “sesgada”, impedirá que Israel se defienda como hasta ahora de terroristas del eje del mal, pues luchan contra siete frentes liderados por Irán.
En un contundente mensaje, Netanyahu calificó la acusación de falsa contra la “única democracia en Medio Oriente” y que ve como un nuevo caso Dreyfus —condenado por un jurista francés—.
Por ello, cuestionó la credibilidad de la Corte al recriminar el “absurdo” de emitir también una orden de captura contra un “cadáver” al enfatizar que sus Fuerzas de Defensa eliminaron a Mohammed Deif en julio pasado igual que a otros mandos, como Yahya Sinwar e Ismael Haniyeh.
Pero fue más directo contra el fiscal Khan, acusado de delitos sexuales, por querer limpiar su nombre a costa de Israel, al acusar que “está tratando de librarse de cargos de acoso sexual” ante un proceso sesgado en el que contó con el respaldo de jueces “motivados por sentimientos antisemitas”, según dijo el premier, mientras dicha oficina evade las atrocidades de Hamas, pues su informe no habla de las víctimas israelíes ni los rehenes, sólo hechos cometidos entre el 8 de octubre del 2023 y mayo pasado.
Por lo que Netanyahu lanzó airadamente “¿de qué diablos está hablando La Haya?” y por qué no hace nada ante las violaciones y secuestros, pues Tel Aviv documentó con testimonios de sobrevivientes y rehenes múltiples casos de agresión sexual en la masacre y mientras estuvieron cautivos, pero la Corte no se enfoca en ello, ni en los “verdaderos crímenes cometidos por Irán, Siria y Yemen”, según el líder israelí.
En tanto, naciones aliadas condenaron la postura de la Corte por parcial y preocupante, pues Estados Unidos y Argentina rechazaron la orden de arresto, otros admitieron lo complejo del escenario, mientras que en Europa y Asia, adelantaron que acatarán la orden si viaja a su territorio, como el caso de Países Bajos y Turquía, pues éste último asestó que debe rendir cuentas por el “genocidio”.