La Policía Federal de Brasil imputó cargos al expresidente Jair Bolsonaro por su presunta implicación en el intento de golpe de Estado del 2022 con el que sus simpatizantes tomaron el control del Poder Judicial para impedir la investidura de Luiz Inácio Lula da Silva.
Según la investigación, que incluyen registros telefónicos y bancarios, el exlíder inhabilitado y 36 personas más, entre ellas asesores, funcionarios y hasta militares de alto grado, orquestaron el presunto ataque contra el rival político, quien evitó su reelección.
Incluso, se puntualizó que el ultraderechista no sólo conocía la estrategia, sino que fue clave al determinarse que él redactó y corrigió el llamado borrador encontrado durante un cateo a la vivienda de uno de sus cómplices e integrante del gabinete, trama en la que incluso se contempló la posibilidad de envenenar al ahora sucesor y poner en duda el sistema de votación brasileño.
Para tal golpe antidemocrático, que fue comparado con la insurrección en Estados Unidos del 2021, también se identificó que los conspiradores se dividieron en seis grupos para coordinarse desde diferentes frentes y ahora podrían pasar varios años en prisión por cargos como “abolición violenta de un Estado democrático, golpe de Estado y asociación ilícita”, en este proceso a cargo de uno de sus principales críticos, el juez Alexandre de Moraes, y contra quien arremetió Bolsonaro al cuestionar su trabajo “creativo” y acusarlo en el espacio de Paulo Cappelli de actuar contra lo que la ley dicta.
