El fiscal especial Jack Smith solicitó a la jueza Tanya Chutkan desestimar los cargos por conspiración electoral contra el ahora presidente electo, Donald Trump, por su intento de revertir el resultado de los comicios del 2020, cuando perdió frente a Joe Biden.
Justo a 20 días del triunfo del agente para volver a la Casa Blanca, el abogado confirmó el fin fin del proceso histórico que abrió el Departamento de Justicia desde el año pasado contra el exmandatario por la conspiración que derivó en el asalto al Capitolio del 6 de enero del 2021, en el que murieron cinco policías al defender el recinto legislativo de la turba ultraderechista de simpatizantes del republicano.
Según informes citados por medios y agencias estadounidenses dicho paso para dejar atrás el juicio responde a que no se puede procesar a un ejecutivo federal en funciones y “la Constitución exige que este caso sea desestimado antes de que el acusado tome posesión del cargo”.
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Y es que Donald Trump asumirá su segundo mandato en unos 50 días, más allá de la gravedad de los cargos que se imputaron en su contra por incitar a una multitud a defenderlo de un supuesto fraude en su contra, a sabiendas de que sus alegatos eran falsos y nunca se comprobó tal acción.
Esta acusación y otras, como la inminente sentencia por el soborno a la actriz porno Stormy Daniels, se encontraban paralizadas ante la inmunidad que le otorgó la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos al considerar que tales acciones ocurrieron mientras seguía en el poder y no debía ser juzgado por ello, hecho que criticaron duramente los fiscales al justificar que eso no lo hizo desde la máxima autoridad de la potencia sino como candidato a la presidencia o en este caso a la reelección.
Además resalta que desde hace días, tras las elecciones en las que Trump derrotó a la vicepresidenta Kamala Harris el pasado 5 de noviembre, se adelantó que el fiscal especial evaluaba cerrar este caso y el de documentos clasificados, por la retención ilegal del magnate de cajas con material confidencial en su residencia de Mar-a-Lago, lo que recuerda las amenazas del líder conservador de despedirlo en cuestión de segundos al volver a la Casa Blanca.
Se preveía que el mandatario se indultaría al retornar al gobierno, perdón que ya alista para decenas o cientos de insurrectos ya condenados por su participación en la insurrección en el Capitolio, a quienes considera víctimas igual que él al acusar repetidamente que fue perseguido políticamente en una “cacería de brujas” desde el poder.
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