El “heredero” político del exmandatario José Mujica, Yamandú Orsi, concretó el retorno de Uruguay a la izquierda con la promesa de renovar ese movimiento como sucesor de Luis Lacalle Pou, quien ya lo contactó para comenzar la transición.
Tras un quinquenio de centroderecha, la población votó por otro viraje en el poder, replicando la tendencia mayoritaria en América Latina, pues con Montevideo suman 10 gobiernos de izquierda, entre ellos México y Venezuela que este año también acudieron a las urnas; en el primer país por primera vez se eligió a una mujer, Claudia Sheinbaum, y en Sudamérica se reeligió Nicolás Maduro con un fraude cuestionado a nivel mundial.
Frente a un clima de fuerte incertidumbre, pues el balotaje daba un empate técnico entre el opositor y Álvaro Delgado, mano derecha del Jefe de Estado, la jornada electoral transcurrió en calma y entre tenues choques en las calles con quienes aún hacían campaña por uno u otro aspirante en caravanas, pues ningún sondeo dio un claro ganador, con 48 por ciento de la preferencia para cada uno.
Extranjeros refuerzan tropas rusas
Tras una jornada de casi 12 horas poco a poco se diluyó el apretado margen, pues el exprofesor de historia hizo valer la ventaja previa y las proyecciones de Cifra y Equipos Consultores favorecían al del Frente Amplio de 47 años, partido que gobernó entre 2005 y 2020 con Tabaré Vázquez y José Mujica, con tres y cuatro puntos porcentuales en una cita en la que casi 90 por ciento del país respondió al llamado, según datos oficiales.
El resultado ya no cambió. El Corte Electoral de las 22:00 horas ratificó la tendencia “irreversible” para el político que votó ayer en una escuela de Canelones, donde recordó que era posible conocer otra “faceta” de la izquierda, y quien cerró con 49.8 por ciento del respaldo.
Casi de inmediato el rival admitió su derrota ante Yamandú Orsi. Álvaro Delgado salió al escenario en el que esperaba celebrar y externó “sin complejo de culpa” su reconocimiento en lo que calificó como uno de los discursos “más difíciles de su carrera”, no sin antes enfatizar que no hay mayorías en el Congreso.
Antes de terminar su mensaje, el virtual ganador le robó los reflectores al salir con sus simpatizantes en Montevideo al grito de “¡presidente, presidente, presidente!” en un escenario en el que lo esperaban miles de simpatizantes con banderas del Frente Amplio, mientras su compañera y aspirante a vicepresidencia, Carolina Cosse, los alentaba.
El llamado ahijado de Pepe Mujica agradeció de inmediato el apoyo, pues el público se reunió pese a la lluvia.
Frente a ellos aseveró que se convertirá en “el presidente que convoque una y otra vez al diálogo” por soluciones, al detallar que escuchará a la oposición y a los votantes que abrazan otra bandera o ideas, lo que evidencia que no cuenta con el respaldo del Congreso, donde su partido sólo tiene mayoría en el Senado, no en Diputados, lo que lo obliga a negociar, mientras su aliada resaltó que trabajarán por “un nosotros más grande”.
Yamandú Orsi, quien de inmediato reconoció a los máximos referentes de la izquierda en el país José Mujica y Tabaré Vázquez, recalcó que gobernará para todos sin dejar a nadie atrás ni económica ni socialmente. Destacó que su objetivo es integrar más a Uruguay y hacer de la nación la que merecen a días de prometer que recuperaría el crecimiento económico con base en una mejor redistribución de la riqueza, pues unas zonas aún sufren el golpe de la pandemia de Covid-19, lo que recuerda que tras la primera vuelta negó cambios bruscos y optó por modernizar a la izquierda y fortalecerá sectores clave como agricultura, turismo, industria y pequeñas empresas, y ayer refrendó que nadie estará “relegado”.
El vencedor prevé un gobierno de negociaciones, lo que advirtió el centroderechista al “empujar, conseguir y habilitar acuerdos nacionales”; escenario que predijo Mujica, quien lucha contra un cáncer y se le vio con bastón, pues indicó que el reto del ganador en política exterior será mejorar el clima político para tratar con Venezuela y Argentina, cuya última nación lo felicitó y se ofreció a trabajar juntos igual que sus futuros homólogos Claudia Sheinbaum (México), Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil), Gabriel Boric (Chile) y otros.