Tropas rusas y ucranianas redoblaron sus ofensivas ante el enemigo frente a más amenazas; el invasor atacó de nuevo con drones y la resistencia respondió con otro disparo de ATACMS.
Según informes ucranianos, el rival lanzó más de un centenar de drones y misiles, mismos que alcanzaron blancos en Járkov, Odesa y Zaporiyia con un saldo de más de 40 heridos y decenas de edificios dañados tras el impacto de un S-400, ante lo que Volodimir Zelenski denunció que el Kremlin sólo trata de causar aún más pánico al evidenciar que no dejará de bombardear a los suyos.
Casi a la par de la agresión la contraparte denunció un intento de escalada cuando el ejército de Kiev disparó por segunda vez en la última semana armas estadounidenses de largo alcance, esta vez ocho misiles para tratar de golpear un aeródromo en Kursk. Acto en el que Moscú dijo que derribó siete lanzamientos y las fuerzas defensoras resaltaron que destruyeron un depósito de petróleo en la ciudad de Kaluga en un claro intento de demostrar al agresor que también pueden vulnerarlo y dejarlo sin energéticos, aunque un daño en la materia es mucho menor en comparación a si lo recibiera Ucrania, pues el invasor controla y produce más en ese rubro, pese a las restricciones mundiales.
Y resalta que en el escenario mundial crece cada día el temor ante una Tercera Guerra Mundial como amenazó Vladimir Putin, por lo que Alemania alista medidas preventivas al evaluar las condiciones de sus búnkeres en caso de que un ataque ruso alcance su territorio o Europa y hasta disponer de estaciones de Metro para resguardarse.