Mociones de censura contra el primer ministro francés, Michel Barnier, amenazan con arrastrar a una nueva crisis política al presidente Emmanuel Macron durante la recta final del año.
La inesperada acción del premier para ajustar el presupuesto en materia de Salud sin una votación de por medio, al recurrir a un poder constitucional, desató un choque en la Asamblea Nacional y amagan con derribarlo del cargo, pues lleva menos de tres meses y se convertiría en el líder con la gestión más corta desde la Segunda Guerra Mundial.
De inmediato la ultraderecha de Marine Le Pen y la coalición de izquierda en el Congreso rechazaron los cambios previstos al tacharlos de injustos y arremetieron en su contra al sostener que la administración de Emmanuel Macron —quien se encuentra de viaje— en vez de buscar consenso trata de liderar en solitario sin importar el impacto a la población, pues le recordaron que no ganó la mayoría en el recinto, pero logró colocar a un afín, un exnegociador del Brexit.
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Michel Barnier se defendió de los señalamientos y justificó su actuar al asegurar que armó un gasto responsable, mismo que negoció con todos los grupos parlamentarios con tal de enriquecerlo, pero estaba en riesgo el déficit público.
No obstante, horas después se vio forzado a acercarse nuevamente a algunas bancadas para ofrecer ajustes, luego de recalcar que varios trataron de “cruzar líneas rojas” y debían enfrentar el momento de la verdad o los franceses “no nos perdonarán que antepongamos los intereses de particulares”, según la prensa gala; discusión en la que aseveró que aceptó modificaciones de la extrema derecha en torno a la subvención en medicamentos y eliminar ayudas sanitarias a migrantes que irrumpen ilegalmente, uno de los temas más polarizantes no sólo en Francia, sino en Europa.
Pero sus intentos de reorientar las limitaciones, acto en el que se asumió como responsable, no fueron suficientes y la oposición de Le Pen adelantó que votará en favor de cada moción de censura sobre la mesa; incluso, su número dos, Jordan Bardella, hizo eco de su postura al señalar que en breve definirán la estrategia sobre cómo tumbar al rival político que incumplió su promesa de escuchar a todos los sectores para lograr avances.
Y es que se prevé que mañana mismo se vote su continuidad en el segundo revés que enfrenta desde que llegó al cargo hace unas semanas, proceso en el que los detractores alardean que conseguirán más de los 288 sufragios necesarios, pues Agrupación Nacional ofreció sus 140 votos, para forzar a éste a dimitir y obligar al mandatario galo a nombrar a un nuevo primer ministro luego de rememorar que su gobierno subsiste, hasta ahora, pero el momento será diferente al señalar que con el actual premier la situación ha empeorado.