El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, declaró la primera ley marcial en décadas ante presuntas amenazas a la democracia al movilizar a casi 30 mil fuerzas en el país, lo que desató caos y jaloneos por hasta cinco horas, hasta que finalmente desistió de la sorpresiva acción.
Alrededor de media noche (hora de Oriente), el ejecutivo se lanzó contra detractores “comunistas” por supuestamente convertirse en “fuerzas antiestatales” y prometió enfrentar a quienes simpatizan con el régimen de Norcorea —con el que Seúl está en guerra— al activar la medida en caso de un conflicto y que se usó por última vez en 1979, tras el asesinato del dictador Park Chung-hee.
En su mensaje televisivo afirmó que la emergencia era necesaria para proteger “la democracia liberal y la seguridad pública de la subversión”, sin especificar un riesgo en política exterior, aunque sí arremetió contra “desvergonzados”, en referencia a disidentes del Parlamento.
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Y es que desde hace tiempo los acusa de socavar su gobierno tras lanzar unos 20 intentos para destituir a miembros del gabinete y bloquear su agenda, tras intensos choques por el presupuesto, al tiempo en que la agencia Yonhap reportó el despliegue de Fuerzas Armadas de la cuarta economía asiática desde sus bases y la salida de tanques y helicópteros para la salvaguarda de la población y asumir el control de otros poderes y medios de comunicación, en una abierta censura, según las bases del decreto.
De inmediato, para contener el caos ante prohibiciones de actividades políticas y reuniones masivas, el Partido Democrático que controla la Asamblea Nacional —con 170 de 300 escaños— convocó a una sesión en plena madrugada.
Con un video en YouTube el líder del recinto, Woo Won Shik, urgió una votación para revertir una polémica presidencial sin justificación; de manera unánime el Congreso rechazó tal emergencia con 190 votos, pues más de 100 legisladores no lograron ingresar al recinto o al Salón Principal custodiado por militares fuertemente armados y con cascos para bloquear la sede de actividades que el Ejecutivo tachó de ilegales.
(Ley marcial) a fin de proteger la democracia liberal y la seguridad pública de las amenazas de subversión por parte de las fuerzas antiestatalesYoon suk yeol, Presidente de Corea del Sur
Ahí las tropas fueron enfrentadas por asesores armados con extintores para tratar de alejarlos de la puerta, confrontación a la que se unieron civiles en defensa de funcionarios y sus derechos ante una norma inconstitucional, según la oposición, los que dejó varios detenidos.
La votación para apagar esta agitación política pareció dar un respiro a Seúl; sin embargo, el caos se extendió rápidamente por todas las calles ante dudas por la vigencia de la ley marcial, como actividades políticas o subversivas, lo que mantuvo a miles de ciudadanos desafiando al poder con banderas y pancartas ante la confusión y el riesgo de ser capturado por el ejército o la Policía sin una orden de por medio, según la agencia regional.
Además, la postura inusual de Surcorea puso en alerta a socios y gobiernos. Estados Unidos, que tiene tropas en la zona, dijo que no fue notificado, pero externó su apoyo a través del Consejo de Seguridad Nacional, mientras que México exhortó a connacionales a mantenerse atentos a la evolución de la mayor crisis política del país, lo que apuntaba a su salida en caso de ser necesario.
Y tras cinco horas de caos, alrededor de las 04:30 horas el Ejecutivo derogó su fallida ley, forzado por la Asamblea.
Hecho que corroboraron el Departamento de Defensa, recientemente renovado, y el Estado Mayor al puntualizar el retiro de todas sus fuerzas ante la sorpresiva emergencia nacional, en la que la oposición denunció que era claro que iban contra líderes de oposición, pues según registros en video el ejército trató de detener a Woo Won Shik, a Lee Jae-myung, líder del Partido Democrático, y Han Dong-hoon, presidente del Partido del Poder Popular en el que milita el presidente, y quien admitió que lo de ayer fue un acto “erróneo”.
No obstante, el choque político no se acaba. Aunque se recuperó cierta normalidad y pobladores que coreaban “hemos ganado” afuera de la Asamblea, la oposición no descarta destituir a Yoon Suk Yeol tras la reciente violación a sus funciones, tema en el que recuerdan que ya ni goza de apoyo ciudadano, pues su popularidad cayó y a dos años de asumir el poder es apenas 20 por ciento. Además, al cierre de esta edición se informó que varios colaboradores plantean dimitir ante el intento de anular a la disidencia.