La política migratoria de deportaciones masivas del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, gana adeptos hasta entre demócratas que se interesan en su implementación para hacer frente “a quienes dañan a ciudadanos”, según el alcalde de Nueva York, Eric Adams.
A semanas del cambio gubernamental, el liberal se abrió a negociar con el elegido como zar fronterizo del magnate, Tom Homan, al remarcar la necesidad de abordar un tema crucial, pues su ciudad es una de las más abrumadas por la presencia de extranjeros irregulares.
“Me encantaría sentarme y escuchar sus ideas”, externó sobre posibles coincidencias con la prioridad del exmandatario, quien prometió repetidamente en campaña lanzar la mayor deportación de la historia de EU. Eric Adams reconoció que se requieren medidas específicas para remover a personas de riesgo, al admitir que entre los 60 mil que hay en NY varios son delincuentes violentos, al culparlos de “dañar el futuro de la ciudad”.
Postura que más que apoyo al conservador pareció reclamo a Joe Biden, ejecutivo federal, por abandonar a NY ante esa crisis por el gasto que representa, pues en conferencia puntualizó que su gestión ya gastó más de seis mil 400 millones de dólares en esa comunidad, a la que critica por “colarse” en el país. Y su mensaje tuvo rápida respuesta del exdirector interino del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), quien declaró a NewsNation que lo buscará para un “diálogo abierto”.
Incluso, el futuro miembro del gabinete remarcó “estoy buscando alianzas, no enemigos”, ante la importancia de exponer las bases de la apuesta migratoria para que la frontera y el país sean más seguros, lo que recuerda que el nuevo zar respalda medidas drásticas para revertir la política de fronteras abiertas actual.
Y es que el también promotor de la iniciativa Border911, quien busca mayor coordinación con líderes locales por la seguridad fronteriza y pública, mostró apertura para trabajar con todos los funcionarios para echar al mayor número de ilegales desde el arranque del segundo mandato de Donald Trump, principalmente aquellos con antecedentes.
Tom Homan ha mencionado que una clave será defender a su población del sector al que tacha de “invasor”, “criminal” y “animal”, pues insistió que no llegarán al poder en cero para combatir a inmigrantes y delincuentes señalados por tráfico de drogas (mulas) o de personas (coyotes) y trata al exponer que mujeres y niños que cruzan ilegalmente son vendidos en múltiples ocasiones o víctimas de abusos, lo que agrava la violencia con irruptores provenientes de más de 170 países y más de 100 mil muertes al año por fentanilo, según su sitio web.
Tema en el que resalta que no sólo se enfocará en la frontera sino en más regiones, escenario en el que destaca NY, ciudad turística con miles de candidatos a la deportación, política que ha sido cuestionada por defensores de migrantes.
Con lo que el zar suma garantías de cooperación a semanas de que Texas les ofreciera un antiguo rancho cerca de Río Grande para construir instalaciones especiales para detener y retener a quienes serán enviados de regreso a sus países de origen, lo que expertos señalan será el mayor desafío en la materia.
Hecho por el que Homan visitó la zona con el gobernador texano y antiinmigrante, Greg Abbott, en donde ratificó que usarán al ejército para tal estrategia que contempla redadas en sitios de trabajo, lo que ya asustó a gran parte de la comunidad latina.
Además, en Texas se reportó la captura de tres soldados por conspirar para contrabandear ilegalmente a “no ciudadanos” y agredir a agentes fronterizos.
Según informes locales y una denuncia del Departamento de Justicia y la Patrulla Fronteriza fue en un incidente vehicular que se detectó a los delincuentes, acto en el que arrestaron a cuatro personas, tres de ellas ilegales —un mexicano y dos guatemaltecos—, mientras otra huyó.
Tras investigar se determinó que quien fingía ser pasajero, al ir de copiloto, trabaja en la base militar de Fort Cavazos, y es culpable de contrabando de ilegales; delito que cometía con dos cómplices y militares, Ángel Palma, quien escapó y fue hallado después en Odesa, y Enrique Jáuregui, reclutador y quien lideraba sus ingresos ilegales a EU como coyotes.
Ante ello, los tres enfrentan cargos penales de tráfico de personas, “traer y albergar extranjeros” y “agresión a un agente federal”, según información de la División de Investigación Criminal del Ejército y la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI).
Crímenes que les imputan
- Entrada o reingreso ilegal
- Asalto, agresión y violencia doméstica
- Homicidio y homicidio involuntario
- Posesión y tráfico de drogas ilegales
- Delitos sexuales
- Robo, hurto o fraude
- Transportar o poseer armas ilícitas
