La presión contra el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, no cesa, pues tras las demandas a que renuncie tras la crisis que desató al imponer una ley marcial irregular, ahora su propio gabinete le restringió las salidas del país.
El jefe de la Oficina de Investigación de Corrupción contra Funcionarios de Alto Rango, Oh Dong-woon, reveló a la agencia Yonhap la prohibición de viajar al exterior, lo que corroboró el Ministerio de Justicia, evidenciando un riesgo de huida de éste o cómplices ante una ley marcial que apenas rebasó las cinco horas, mientras también se promueven órdenes de arresto en su contra.
Dicho sector aprobó la medida que puso sobre la mesa la Policía ante el intento de buscar protección fuera de Seúl, ante lo que un funcionario justificó el acorralamiento al detallar que el militante del Partido del Poder Popular (PPP) es investigado penalmente por delitos de traición ante el golpe de autoridad fallido al declarar la semana pasada una medida que sólo aplica en casos de guerra o amenaza exterior, lo que sus adversarios tomaron como un intento de someter a sus críticos por tratar de derribar al gabinete con mociones de destitución por supuestas irregularidades y actos de corrupción.
Además, la oposición advirtió que ante la polémica decisión de Yoon Suk Yeol de hace unos días, es claro que el ejecutivo federal representa un riesgo para la nación. Temen que junto a la bancada que lo salvó de ser cesado trate de dar otro golpe político, pues no consiguió su objetivo, y se mantiene como comandante en jefe del ejército, al ser protegido por su bancada, aunque expertos admiten que arrastra cada vez más a una crisis a la nación asiática, lo que podría forzar incluso a sus aliados a darle la espalda, pues de acuerdo con Reuters ante la presión por echarlo éstos ya valían excluirlo de temas de política exterior.
Escenario en el que aún contaría con apoyo entre mandos de Defensa, por la influencia del exministro Kim Yong-hyun quien ya fue detenido y defendió a sus tropas al señalar que éstas sólo seguían sus órdenes, mismas que prevenían del líder nacional.
Por ello, disidentes tratan de acorralarlo para presionarlo a dejar el poder, pues de acuerdo con Yonhap nuevamente se someterá su continuidad a votación el próximo 14 de diciembre, al tiempo que piden redoblar medidas de seguridad ante cualquier tipo de represalia.
Ante esta situación coroneles, funcionarios y el líder interino del ejército, Kim Seon-ho, se comprometieron a retomar el rumbo de todas las unidades militares para evitar cualquier potencial amenaza en Seúl, mientras otros mandos descartan seguir nuevas órdenes si éstas buscan crear nuevamente un caos en la nación sólo por el choque de la presidencia con el Parlamento de mayoría opositora, pues es liderado por el Partido Democrático.