Es investigado desde 2019

Netanyahu declara en el estrado por corrupción

Ultranacionalista arremete contra la prensa ”hostil” e ironiza sobre las imputaciones; ante el juicio el mandatario se verá obligado a dividir su lucha contra Hamas y otras audiencias

El primer ministro, Benjamin Netanyahu, en su primera audiencia de juicio, ayer.
El primer ministro, Benjamin Netanyahu, en su primera audiencia de juicio, ayer. Foto: Reuters

Tras una espera de cinco años en la nación, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, compareció ante un tribunal por presuntos actos de corrupción, proceso que anticipan se prolongue por más de un año, mientras sigue la guerra con Hamas, en la que aún apuestan por una tregua para recuperar a los 100 rehenes.

Ayer, el ultranacionalista de 75 años subió al estrado en Tel Aviv como el primer líder en funciones en ser llevado a juicio por cargos de soborno, abuso de confianza y fraude. Asiento que aprovechó para arremeter contra la prensa a la que tachó de “hostil”, pues acusó que tal persecución es sólo un rechazo a políticas de seguridad de su anterior gestión, misma que terminó en 2021, lo que secundaron aliados al calificar la acusación de intento de golpe de Estado.

En un testimonio que se prolongó unas cinco horas en instalaciones subterráneas por temas de seguridad, según medios locales como Times of Israel, la Justicia confirmó tales imputaciones.

Pero el líder judío, quien acudió con su abogado, Amit Hadad, asestó que estaba listo para dar su versión. Tachó de “indigna” la investigación desde 2020 por tener pruebas “absurdas”, luego de que se revelara que exintegrantes de su círculo cercano declararon en su contra al exponer un presunto tráfico de influencias sólo por la vida de lujo que el premier que más tiempo ha estado en el poder lleva junto a su esposa, Sara Netanyahu.

Al respecto, se filtró que el mandatario recibió millones de dólares en joyas y bebidas, para favorecer a personajes de interés público, lo que atajó al ironizar que ni siquiera consume lo mencionado.

Y aunque se lanzó contra la prensa, en la primera audiencia se evidenció que su relación con los medios no siempre fue tan distante; se sabe que en el pasado la controlaba a su conveniencia al usarla a cambio de restringir a otros; muestra de ello es que instó a un empleado a ayudarlo a debilitar a un medio crítico ante supuestos ataques a su gestión, y que condicionaba en otros la cobertura mediática, al sepultar información negativa, lo que corroboraron reporteros sobre información que nunca vio la luz.

Dicho juicio se da mientras el ultraderechista ataja también críticas de políticos y ciudadanos por la manera en que abordó la lucha contra terroristas islámicos responsables de la masacre de octubre del 2023, pero que justifica da resultados ante sus siete frentes. Esta situación lo obligaría por largo tiempo a dividirse entre el conflicto bélico y sus pendientes legales, pues se calcula que en caso de llegar a sentencia sería hasta 2026, mientras los jueces acordaron que el acusado, pese a su poder, comparezca al menos tres meses por semana.