Países del G-7 admitieron su disposición a trabajar y respaldar a rebeldes de Hayat Tahrir al Sham (HTS) que lideran la transición en Siria, quienes prometieron eliminar todo rastro del derrocado dictador Bashar al Assad.
En medio de reportes de que la comunidad mundial reduciría sanciones contra ese territorio con miras a facilitar la construcción de un nuevo gobierno, las potencias declararon su compromiso para que la gestión interina concrete una transición “creíble, inclusiva y no sectaria”, misma que debe ser decidida por los propios sirios; no sin antes advertir a islámicos que tal ayuda sólo prevalecerá bajo ciertas condiciones.
Éstas ven clave que el movimiento en el poder garantice los derechos humanos, el Estado de derecho ausente bajo la dinastía Al Assad, preservar la integridad territorial y, sobre todo, rechazar todas las formas de terrorismo y extremismo, evidenciando la preocupación de que grupos como el Estado Islámico traten de restablecerse aprovechando el vacío en Medio Oriente.
Hamas asegura que un alto el fuego en Gaza estaría ‘más cerca que nunca’ si Israel deja de imponer condiciones
Con tal posición el G-7 deja en claro que los pasos que los insurgentes den en el corto plazo definirán qué tipo de colaboración mantendrán, pues en caso de no respetar tales planteamientos tras el derrocamiento cortarán el apoyo en medio de llamadas desde Damasco a no preocuparse.
En tanto, se reportó que Israel redobló bombardeos en ese territorio cerca de Damasco ante amenazas de que armas químicas o defensas aéreas caigan en manos enemigas, y hasta analiza replicar estas ofensivas contra Irán, según medios locales, mientras Naciones Unidas urgió a parar estos ataques en la región.