El “regreso de proporciones históricas” de Donald Trump en Estados Unidos lo hizo acreedor a ser nombrado “Persona del Año” ante su influencia en la escena política nacional y mundial, que incluye su promesa de la mayor deportación masiva.
La revista TIME dedicó por segunda ocasión la portada al magnate, como en 2016, al reconocer su impacto de “apoteósico” en 2024 al ser de las figuras más influyentes “para bien o para mal” incluso desde 2015 al anunciar su primera postulación, “honor” que celebró al hacer sonar la campana de la Bolsa de Valores, evento al que asistió con su esposa, Melania, y el vicepresidente electo, JD Vance.
También destacó la remontada electoral al ganar los siete estados clave, lo que le dio un segundo mandato en una campaña en la que recibió un disparo cerca del cráneo y enfrentó a dos rivales, Joe Biden —quien se retiró casi a la mitad— y Kamala Harris, con lo que demostró que su liderazgo no decayó, pese a que analistas creían que ya habían visto su final.
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Por el contrario, el populista y líder del movimiento Make America Great Again (MAGA) resurgió y sigue firme en sus políticas, como la migratoria, que apunta a ser peor que en su primera gestión (2017-2021), recordada como la más divisiva.
El redactor en jefe de la publicación, Sam Jacobs, remarcó que el conservador dejó en claro que su influencia sigue intacta, pues “ningún otro individuo ha desempeñado un papel más importante para cambiar el curso de la política”, y enlistó logros como imponer otra política, reordenar a la nación, rearmar a su propio partido y exhibir a los demócratas, quienes aún lidian con perder la Casa Blanca y las mayorías en ambas Cámaras.
Y es que el próximo 20 de enero Donald Trump se convertirá en el ejecutivo de mayor edad mostrando su poder, pues TIME ve que aliados y adversarios parecen “alinearse a sus caprichos”.
Tema en el que la publicación hizo énfasis en una postura más que frontal con amenazas de deportación contra casi 11 millones de extranjeros irregulares, venganzas a adversarios y choques con la prensa. Y en política exterior va por aranceles punitivos de 25 o 100 por ciento si países no acatan sus propuestas, como ya amagó a México y Canadá, y negociaciones a “puño limpio” para forzar ajustes, pues dijo que retiraría apoyo militar, advertencia que apunta contra Ucrania en plena guerra y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Sobre la migración prevalece la incógnita de si cumplirá el amago de frenar la supuesta “invasión” fronteriza ante críticas de criminalizar al sector. En entrevista con TIME el magnate refrendó que usará al ejército para su “dictadura” el primer día, pese a resistencias de soldados para devolver a irruptores a sus países.
“Llegaré al nivel máximo de lo que la ley permite”, alardeó el conservador de 78 años desde Mar-a-Lago y no descarta separaciones familiares, pues refrendó que las expulsiones van y está dispuesto a devolver familias completas, según declaraciones a NBC News.
Estrategia en la que trabaja su designado como zar fronterizo, Tom Homan, quien recalcó que el Departamento de Defensa será clave en la apuesta en construcción, transporte, infraestructura e Inteligencia para cerrarle la puerta a indocumentados y criminales transnacionales; proceso en el que cuenta con apoyo firme, pues ciudades adelantan la intención de dejar de ser ciudades santuario, Texas le ofreció un terreno para construir instalaciones para arrestar y retener a candidatos a expulsión, lo que costarían hasta 300 mil millones de dólares según el Consejo Estadounidense de Inmigrantes, y ayer recibió otro apoyo, esta vez del bando demócrata.
El alcalde de Nueva York, Eric Adams, se dijo dispuesto a “perseguir” a migrantes violentos junto a Homan, pues tras su primer encuentro ratificó su intención de colaborar con el cierre de la frontera y las deportaciones para reducir su presencia.
Y presumió en conferencia “compartimos el mismo deseo”, en torno a actuar contra quienes cometen actos violentos en su territorio, y sentenció que su ciudad no será refugio de criminales, aunque se dijo abierto a mantener garantías para quienes buscan regularizarse; no obstante, desató críticas de migrantes y movimientos en su defensa por respaldar las polémicas expulsiones de quienes llegan a EU en busca de una oportunidad.
En tanto, sigue en duda el futuro legal de Donald Trump. El juez Juan Merchan sigue indeciso de qué pasará con el juicio en el que fue declarado culpable de 34 cargos, en el que la fiscalía pide preservar el veredicto y la defensa desestimarlo para no afectar sus futuras funciones.