El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ratificó su alianza con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, al ampliar las conversaciones en torno a la guerra contra Hamas y la urgencia de “traer a nuestros rehenes” a casa.
Informó que ayer sostuvo otra llamada con el republicano en torno a las víctimas retenidas en Gaza para recalcar que su gestión trabaja sin descanso por recuperarlos e instó a su contraparte a aprovechar su influencia para presionar
a negociadores y recuperar a un mayor número de secuestrados, lo que pareció más un mensaje a las familias que mantienen protestas masivas en su contra.
Además, el ultraderechista que también se reunió con su gabinete contó que dialogaron sobre la ansiada “victoria” de su ejército contra el rival y el reciente colapso del régimen de Bashar al Assad, en Siria, nación fronteriza, pero sin entrar en detalles sobre las negociaciones estancadas o acciones que pudieran conducir a otra tregua, como la que entró en vigor el mes pasado en Líbano.
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En tanto, fuentes del gobierno adelantaron a Israel Hayom la posibilidad de alcanzar un alto al fuego antes de Janucá —conmemoración que comienza el próximo 25 de diciembre y que hace referencia al triunfo de la luz sobre la oscuridad—, aunque persisten las trabas para definir el número de cautivos a entregar.
Desde intentos previos mediados por Francia, EU, Egipto y Qatar la nación en guerra buscó el intercambio de hasta 40 víctimas en un día, priorizando a mujeres, niños y personas enfermas o adultas mayores, lo que islámicos aparentemente rechazan para seguir extendiendo las negociaciones en su favor para tener cierto control o forzar el rival a retirar a sus tropas de la Franja, mientras siguen los combates en los que ya han muerto alrededor de 45 mil palestinos, de acuerdo con informes de autoridades de ese territorio.
Y SE DISTANCIA DE IRLANDA. La nación judía confirmó el cierre de su embajada en Irlanda, al acusar a ese gobierno de presunta conducta “antisemita” por su intención de sumarse al proceso penal por genocidio, mismo que presentó Su-dáfrica ante la Corte Penal Internacional (CPI) a inicios del año.
El Ministerio de Exteriores acusó al socio europeo de “cruzar todas las líneas rojas”, al adoptar una política antiisraelí y “demonizar” su lucha, debido a una mala interpretación de la justicia.
Con ello se extiende el distanciamiento, pues hace más de medio año la gestión de Netanyahu retiró a su embajador en Dublín en respuesta al respaldo de esa región a la posible creación del Estado Palestino como solución al conflicto que lleva más de 14 meses y sin señales de un posible fin en el corto plazo. Acusaciones ante las que Irlanda respondió que sólo está en favor de la paz y el derecho internacional, al rechazar la impunidad, lo que recuerda que el mundo ha recriminado a Israel el costo humano de esta guerra.
