El gobierno y la Policía en Alemania investigan la existencia y seguimiento de presuntas advertencias en torno al “radicalismo” de Taleb al Abdulmohsen, quien la semana pasada mató a cinco personas tras arrollar a una multitud en un mercado navideño en Magdeburgo.
Frente a la conmoción a días de Navidad, medios y fuentes policiales confirmaron que se recibieron avisos de que el médico exmusulmán y quien llegó a la nación desde 2006 podría ser una amenaza, lo que abre la puerta a que se ignoró información de su posible extremismo ante una tendencia marcada contra el islam y los refugiados saudíes —de su país de origen—, y desató críticas de por qué no se le detuvo antes de estos actos.
De acuerdo con Der Spiegel y la cadena de noticias ZDF, una de estas alertas provino de su propia nación. Arabia Saudita anticipó sobre publicaciones en línea de preocupación justo un año antes del atentado en el que el conductor de un BMW embistió a decenas de personas por unos 400 metros en el bazar.
Ese gobierno indicó que el sospechoso de 50 años lanzó amenazas e insultos presuntamente por su cercanía con grupos islamófobos, pues creía en supuestos intentos de radicalizar a esa nación europea, y con el partido Alternativa para Alemania (AfD, por sus siglas en alemán), al verse atraído a sus propuestas ultraderechistas contra la migración.
Al respecto, la Oficina de Policía Criminal (BKA) notificó públicamente que sí investigó dichos comentarios, pero descartó que fuera una persona de peligro, ya que no había indicios de que cometiera un acto como el perpetrado cinco días antes de Navidad y que dejó hasta 200 víctimas, 41 de ellas en condición crítica, por lo que enfrenta cinco cargos de homicidio y decenas más por tentativa de asesinato; mientras que la oficina Federal de Migración y Refugiados (BAMF) se deslindó de un posible riesgo al documentar que dio cuenta del caso a las autoridades correspondientes, pues no tenía capacidad para ponerlo bajo la lupa.
Pero éste no fue el único antecedente; se reportó que a inicios de año tuvo un incidente con autoridades y en 2013 uno laboral. En el primero acudió a una comisaría y tras una disputa amagó con cometer un acto que recordarían y tendría repercusión mundial, mientras que en el otro supuestamente amenazó a la asociación médica local porque no le reconocía sus estudios, amago que llegó hasta el Ministerio del Interior, pero tampoco llevó a su arresto o una sanción, pues no identificaron indicios de una agresión creíble o a gran escala. Sin embargo, se supo que fue llevado a tribunales por una multa, proceso en el que arremetió contra jueces por supuestos actos racistas, de los que no se revelaron detalles.
Esta información a cuentagotas en vez de apuntar a un posible móvil sólo aumenta las dudas y hasta críticas de por qué se permitió que un hombre que podría ser una amenaza siguiera libre. Tema en el que resalta que autoridades y hasta analistas consideraron que fue un acto “atípico”, pues el hombre no cumple con tendencias sobre una radicalización.