En una acción histórica, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, conmutó la pena capital a 37 de las 40 personas en el corredor de la muerte a nivel federal al ratificar que “debemos poner fin” a esta sanción a dos días de Navidad.
En la recta final de su gestión —que concluye en enero—, continuó con la clemencia como anticipó su oficina. Semanas después de indultar a su hijo Hunter Biden y aplicar de manera masiva un perdón a más de mil 500 sentenciados por delitos no violentos, el Ejecutivo federal rebajó las sentencias de homicidas a cadena perpetua al recalcar su compromiso de acabar con esta polémica, en medio de llamados a eliminarla, como de activistas, religiosos como el Papa Francisco y académicos, y la promesa de tener un sistema judicial más “justo y efectivo”.
Las sentencias pasarán a cadena perpetua (…) el presidente ha dedicado su carrera a reducir los delitos violentos y garantizar un sistema de justicia justo y eficazCasa Blanca, Comunicado
“No nos equivoquemos: condeno a estos asesinos, lamento actos despreciables y me duele la vida de todas las familias que han sufrido pérdidas irreparables”, aseveró al reclasificar las penas, pues insistió que actúa acorde a sus creencias desde que llegó a la Casa Blanca, pues, pese al cambio, éstos no tendrán derecho a libertad condicional.
Joe Biden enfatizó que “no podía quedarse de brazos cruzados”, mensaje que alude directamente a la transición y al presidente electo, Donald Trump, pues en el pasado éste retomó las ejecuciones tras décadas congeladas; fue en su primer mandato que el magnate conservador (2017-2021) atestiguó 13 casos, según datos de Reuters, lo que el demócrata usó para justificar la clemencia, una ruta que marcó a su administración al sumar 161 beneficios, 26 indultos y 135 conmutaciones, hasta antes de diciembre.
Con ello reconoce que decenas de presos habrían recibido condenas menores si fueran juzgados bajo la ley actual, al considerar que algunos recibieron sanciones excesivas o injustas, lo que apunta a las minorías, que son juzgadas con mayor peso, especialmente personas de color, pues organizaciones recriminan un prejuicio racial preexistente, especialmente ante jurados de mayoría blanca.
La decisión demuestra a nuestro país, y al resto del mundo, que las políticas brutales e inhumanas no pertenecen a nuestro futuroUnión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU), Organización civil
Tema en el que la Casa Blanca adelantó que no descartan “medidas adicionales” siguiendo la ruta del cierre de gobierno, pues a Joe Biden le queda menos de un mes en el poder para dar nuevas oportunidades a personas rehabilitadas, como las más de mil indultadas el pasado 12 de diciembre, quienes estaban bajo arresto domiciliario desde la pandemia.
Además, resalta que esta decisión no puede ser revocada, a diferencia de órdenes ejecutivas, con lo que anuló la posibilidad de que Trump lleve al corredor a quienes estaban a la espera, al menos a nivel federal, pues en estados hay unos 20 mil en la antesala de su muerte.
(Es) un punto de inflexión importante para poner fin al uso trágico y propenso a errores de la pena de muerte en EUBryan Stevenson, Director ejecutivo de la Iniciativa de Justicia Igualitaria
Y a nivel federal seguirán en dicho escenario tres, pues el liberal abundó que esta pena sólo debería aplicar por terrorismo o asesinatos en masa por odio; caso como el de Dzhokhar Tsarnaev, uno de los hermanos que perpetró el atentado con bomba en la Maratón de Boston en 2013, y acusados por actos religiosos.
Ante la noticia, asociaciones y activistas aplaudieron el gesto para romper con las injusticias raciales.
Amnistía Internacional (AI) en EU vio un “paso significativo” ante una promesa de hace años, según el director, Paul O’Brien, pues abre la puerta a que los estados lo sigan; mientras que la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) celebró esta “victoria”, luego de que 130 grupos en favor de los derechos humanos se pronunciaran en contra de esta “política brutal e inhumana” con sesgo racial. Incluso, reconoció que ocurra a días de la investidura de Donald Trump, quien supervisó “más ejecuciones que cualquier otro presidente en 120 años”.
Pero no todo fueron vítores. Steven Cheung, vocero del magnate, arremetió contra el gobierno, al calificar lo hecho como “una bofetada a las víctimas”, pues los beneficiados siguen siendo asesinos.
Es un paso significativo hacia su promesa del 2020 de poner fin a la pena de muerte a nivel federal e incentivar a los estadosPaul O’Brien, Director ejecutivo de Amnistía Internacional de EU