El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, alertó a aliados por doble respaldo al invasor, pese a restricciones por la guerra.
Al redoblar el llamado a contar con más armas, el mando de la resistencia exhibió ante el mundo nuevas complicidades de Vladimir Putin, incluso en territorio europeo. En un fuerte mensaje, acusó el acercamiento inusual del primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, con el Kremlin, tras su viaje a Moscú, por lo que le cuestionó airadamente si respalda abiertamente las atrocidades de Moscú, y “¿por qué es tan dependiente?” de éste.
Volodimir Zelenski acusó que en el encuentro el eslovaco mostró que está dispuesto a financiar a un criminal de guerra, pues se sospecha que Robert Fico trató de renegociar el suministro energético con Gazprom, gigante ruso, ante la negativa de Kiev a seguir transportando esos recursos a partir del primer día del 2025, cuando concluye su contrato.
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Con ello, pone sobre la mesa que las restricciones al rival no son suficientes a casi tres años de los bombardeos, pues Putin mantiene ingresos para mantener su apuesta bélica y exigió que las sanciones no sólo sean contra Rusia, sino contra aquellos que respaldan a la nación que trata de destruirlos y les arrebató cinco territorios en anexiones ilegales.
Además, el líder ucraniano señaló que Bratislava no es el único apoyo al régimen al advertir que Norcorea podría dotarlo de muchas más tropas y equipo en cuestión de días o semanas.
Según informes de Inteligencia, es posible que Kim Jong-un redoble el despliegue de 12 mil soldados para reponer las pérdidas, pues, de acuerdo con datos de Inteligencia, en esta lucha Pyongyang suma tres mil muertos o heridos en su apoyo al ejército ruso en Kursk, el triple de las documentadas por el Estado Mayor Conjunto de Seúl, en Corea del Sur, que vigila los movimientos del enemigo.
Pero no sólo se prevé traslados a la frontera, sino la transferencia de armas y nueva tecnología, como drones kamikaze, lanzacohetes y obuses autopropulsados, evidenciando el fuerte lazo que une a esos regímenes, pues Occidente sospecha que intercambiaron información clave para que Norcorea aceptara enviar a sus tropas a un conflicto ajeno.
