La Fuerza Aérea israelí respondió a una reciente ofensiva de rebeldes hutíes al bombardear múltiples bastiones en Yemen, entre ellos el aeropuerto de Saná, donde estaba el director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Tras provocaciones nocturnas que dispararon de nuevo las sirenas en todo Israel, el ejército judío demostró su poderío militar ante el rival proiraní al atacar de manera simultánea en una operación “selectiva” diversas bases, entre ellas las centrales energéticas en Hezyaz y Ras Kanabit, los puertos de Hodeida, Salif y Ras Kanabit, almacenes de armas y otras instalaciones a más de dos mil kilómetros de distancia de su territorio.
Con esta acción, reivindicó que no dejará pasar ninguna agresión, pese a que considera que la milicia financiada por Irán es la menor de sus amenazas en Medio Oriente, en referencia al lanzamiento de drones y misiles que atemorizan a civiles desde 2023; escenario en el que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) no dudaron en hacer valer la advertencia del primer ministro, Benjamin Netanyahu, de que pagarían las consecuencias como Hamas (en Gaza) y Hezbolá (en Líbano), respaldados por Teherán al suministrarles armas de contrabando, y golpearon fuertemente varios sitios controlados por los rebeldes islámicos.
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La operación dejó un saldo de tres muertos y 11 heridos, según la televisión yemení, mientras el ejército de Israel eleva alertas ante sus otros frentes.
Y destaca que, en este acorralamiento, Tel Aviv puso en peligro aparentemente sin saber al líder sanitario Tedros Adhanom y personal que negocia la liberación de colaboradores tomados como rehenes, pero éste salió ileso de la sacudida en la capital yemení.
El médico que lideró la lucha contra el Covid-19 y dirige labores humanitarias en países en guerra narró en su cuenta de X cómo vivió la ofensiva de ayer, por la que ya no pudo salir de ese país.
Detalló que el fuerte bombardeo ocurrió cuando pretendía abordar el avión, lo que dejó a uno de los tripulantes del vuelo e integrante del Servicio Aéreo Humanitario de la OMS herido, de acuerdo con The Associated Press. Asimismo, abundó en la red social que permanecerá en la zona junto a su equipo tras exponer que la sala donde estaba, la pista de aterrizaje y la torre de control aéreo sufrieron graves daños, lo que anticipa el retraso.
Al respecto, la Organización de las Naciones Unidas replicó su mensaje para exponer esta nueva crisis tras recientes choques con esa nación, mientras que el vocero de dicha oficina, Stephane Dujarric, calificó de “alarmantes” los actos, sin mencionar al titular de la OMS.
Hecho ante el que fuentes israelíes revelaron al diario New York Times que desconocían que el médico estaba en Yemen, específicamente en el aeropuerto, al activar esa operación y justificarla.
Por separado, ese gabinete defendió su estrategia; el premier recalcó que Israel responderá a cada embate, pues no descansará “hasta completar la tarea”, al apuntar directamente a “cortar este brazo terrorista del eje del mal iraní”, pues desde que estalló la guerra lucha por desmantelar a Hamas —que retiene a 100 rehenes desde la masacre hace casi 450 días— y a sus cómplices.
En tanto, su ministro de Defensa, Israel Katz, afirmó que seguirá la persecución de todos los responsables de este terror al hacer alarde de la capacidad de su ejército para golpear a grandes distancias a cualquier rival; lo que reforzó el jefe del Estado Mayor, Herzi Halevi, quien advirtió que sus soldados tienen “mucho más” para mostrar, según Times of Israel.
Pero ello no intimidó a los hutíes, pues uno de sus líderes desafió a las FDI y al gobierno judío al amagar que el “crimen sionista” no los frena ni impide el apoyo que dan a la comunidad palestina, aunque no adelantó posibles represalias a tomar, ante lo que Israel evitó pronunciarse sobre el incidente que involucró al director de la OMS.
Además, Tel Aviv mantiene ataques contra otras fuerzas, pues ayer también golpeó Gaza y Cisjordania, con un peor saldo para la primera; según el Ministerio de Salud palestino el rival mató a cinco periodistas afuera de un hospital, lo que rápidamente refutó Israel al identificarlos como combatientes que se hacían pasar por empleados, al tiempo que la nación sufre reveses, pues a días del arranque del juicio de corrupción contra Benjamin Netanyahu la Fiscalía abrió un caso contra su esposa, Sara Netanyahu, por presunta injerencia y hostigar a testigos y periodistas que cubren el proceso, lo que rechazó el premier al criticar a la prensa por su falta de límites ante noticias falsas y un “lavado de cerebro”.