Israel entregó un informe “desgarrador” a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre las actos de tortura y vejaciones que sufrieron rehenes o enfrentan quienes siguen en cautiverio.
Al cumplirse 450 días de la masacre de Hamas, el Ministerio de Salud judío recolectó los testimonios de más de un centenar de víctimas, quienes fueron intercambiadas en la única tregua o rescatadas en Gaza, para dar cuenta de las atrocidades cometidas por terroristas.
Y es que se han documentado casos de violencia y abusos como negarles comida, agua y medicinas, inyectarles sustancias para adormecerlos, azotarlos, hacerles marcas con hierro caliente, humillarlos y agredirlos sexualmente en los túneles y escondites subterráneos. Ello ha afectado la salud física y mental de quienes ya volvieron al país y expone la gravedad de las condiciones de los 100 cautivos que siguen bajo el control de un enemigo que se resiste a negociar.
Ante ello, el presidente, Isaac Herzog, lanzó al organismo un ultimátum al declarar que “está moralmente obligado a hacer todo lo que esté a su alcance para traer a los secuestrados a casa”, declaración de la que hizo eco el Foro de Familias de Secuestrados y Desaparecidos en un intento de buscar que se abran las vías para recuperar a mujeres, niños y adultos mayores que siguen atrapados sin ver la luz, con padres, hermanos o parejas que evidencian la urgencia de traerlos de vuelta y volverlos a ver con vida.
