Israel reenfocó lucha al reducir a Hezbolá

Sin tregua y aún con 100 rehenes retenidos en Gaza persistió la guerra

Ejército cometió duros golpes a cúpulas rivales y el país sufrió presión por la orden de arresto a Netanyahu; familias exigieron hacer más por cautivos

Portadas ligadas a la guerra son usadas por manifestantes y familias como recordatorio del sufrimiento de los rehenes y los sobrevivientes, en octubre pasado.
Portadas ligadas a la guerra son usadas por manifestantes y familias como recordatorio del sufrimiento de los rehenes y los sobrevivientes, en octubre pasado. Foto: Reuters

Más de 450 días pasaron desde que estalló la guerra entre Israel y Hamas por la masacre del 7 de octubre del 2023 entre intentos de un alto al fuego parcial o definitivo, protestas masivas dentro y fuera del país, críticas, rescates de rehenes o recuperación de cuerpos, golpes al terrorismo y graves imputaciones contra el gobierno de Benjamin Netanyahu.

La promesa de una “victoria total” contra los terroristas proiraníes le costó caro al primer ministro. Aunque aliados aún lo respaldan, fue acusado por Sudáfrica de supuesto genocidio y, a finales de año, la Corte Penal Internacional (CPI) emitió una orden de arresto en su contra al exponer motivos creíbles de su participación en asesinato, persecución y, específicamente, uso del hambre como método de guerra.

Dicho escenario confirmó la división mundial y la fuerte presión a Israel ante despliegues militares contra milicias islámicas proiraníes, entre éstas Hamas que mató a mil 200 personas y secuestró a 250, de las que 100 siguen en túneles, pero también respondió ofensivas de Hezbolá y del régimen de Teherán.

En respuesta varios países se dijeron abiertos a reconocer al Estado Palestino y prometieron acatar la medida del máximo tribunal de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), evidenciando los choques por el alto costo humano del conflicto y supuestos ataques indiscriminados a hospitales, escuelas y campamentos durante 14 meses, lo que las Fuerzas de Defensa refutaron al precisar que esos inmuebles y civiles sirven al enemigo como escudo humano, lo que provocó que dos países rompieran lazos; Brasil y Colombia fueron críticos y uno de éstos hasta declaró al premier persona non grata en un intento de revertir el genocidio, mientras que su máximo socio, Estados Unidos, amagó con dejar de suministrarle armas para obligarlo a abrir más corredores humanitarios y acelerar la ayuda para miles de residentes atrapados en zonas bombardeadas.

Gráfico
Gráfico ı Foto: Especial

Sin embargo, Israel se mostró firme y Benjamin Netanyahu se dijo listo para atacar a los terroristas y perpetradores de la masacre en solitario.

Acto que demostró con creces, pues meses después dio dos de los golpes más duros contra los islámicos al hacer estallar en días simultáneos cientos de localizadores y radios de comunicación de presuntos combatientes de Hezbolá en Líbano, con los que eliminó amenazas potenciales al confirmar que El Mossad intervino equipos comprados para atacar sorpresivamente a los rebeldes, aunque también hubo víctimas inocentes.

Dicha fuerza la replicó contra más rivales, pues a falta de treguas incrementó la ofensivas contra el régimen iraní, Hamas y Hezbolá, aunque contra éste incursionó vía terrestre a finales de año. Así las tropas se apuntaron otros éxitos al vulnerar las cúpulas de esas dos milicias, pues asesinó a principales figuras de Hamas, como Yahya Sinwar e Ismail Haniyeh
—a éste en territorio iraní—, y a los cabecillas de Hezbolá, Hassan Nasrallah y su sucesor Hashem Saffiedine.

El ejército debilitó duramente a esa última organización y forzó un alto al fuego de 60 días que comenzó a finales de noviembre. Con este acuerdo Netanyahu y líderes mundiales como Joe Biden, presidente de EU, ven una puerta para extender el proceso de paz a la Franja, donde siguen retenidos 100 cautivos, vivos o muertos, pues se confirmó el deceso de varios, entre ellos el mexicano Orión Hernández, secuestrado junto a su novia en un festival, y los islámicos difundieron imágenes de cautivos para exigir acciones contundentes a su propio gobierno.

No obstante, prevalecieron las críticas a nivel interno. Las familias exigieron al premier hacer todo por recuperarlos, conscientes de que en algunos casos sería para su sepultura, y éste ofreció por primera vez recompensas de cinco millones de dólares por cada rehén devuelto, a lo que Donald Trump, presidente electo de EU, se sumó al dar un ultimátum a Hamas a los devuelven antes de su investidura o desatarán un “infierno” .

Y se mantiene vigente la orden de captura en su contra y a su ahora exministro de Defensa, Yoav Gallant, cesado en la recta final del año por diferencias con el gabinete en torno a la fase de posguerra para establecer quién tendría su control. Dichas órdenes fueron tachadas de antisemitas al cuestionar que se les compare con terroristas, pues también hubo órdenes contra líderes enemigos ya muertos.

Nueva amenaza agravó crisis regional

Pese a intentos de paz en Medio Oriente las amenazas en la región fueron en aumento, como con el sorpresivo derrocamiento del tirano Bashar al Assad, lo que puso la mira sobre el resurgimiento de grupos terroristas como el Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés).

A los rebeldes les bastaron 11 días para tomar varias ciudades hasta llegar a la capital, Damasco, con lo que forzaron al presidente a escapar, quien sin dudar abandonó a cómplices y familiares rumbo a Rusia, lo que desató furor de miles de víctimas y de desplazados tras un régimen de más de 20 años, y mayor a 50 contando a su padre.

Sin embargo, pasada la efusividad de quienes vieron el final de múltiples atrocidades, abusos y actos de corrupción, emergieron las dudas de si será posible rescatar y formar una nueva Siria como prometió el movimiento islámico Hayat Tahrir al Sham (Organismo de Liberación en español) que estableció un interinato como mando sin autoritarismo, pues la caída de Al Assad también dejó sin poder en la zona a los regímenes de Irán y Rusia, al perder uno de sus bastiones frente a luchas globales, ante lo que organismos ven una oportunidad de romper con la devastación, por lo que no descartan ayuda e importantes sumas para garantizar apoyo humanitario a Siria, Gaza y Líbano.