Rebatinga republicana

Trump gana en el Congreso y no le darían cárcel en caso Stormy

Mike Johnson queda como líder en la Cámara de Representantes tras presión del magnate; en el caso de la estrella porno juez dictará sentencia el 10 de enero

Mike Johnson jura tras ser reelecto presidente de la Cámara de Representantes.
Mike Johnson jura tras ser reelecto presidente de la Cámara de Representantes. Foto: AP

El republicano Mike Johnson fue reelegido el viernes presidente de la Cámara de Representantes en una primera votación que ganó por escaso margen, superando a los intransigentes del ala dura del Partido Republicano en un tenso enfrentamiento y respaldado por un gesto de apoyo del presidente electo, Donald Trump.

Johnson obtuvo 218 votos a favor frente a los 215 de Hakeem Jeffries, el candidato demócrata al que han votado todos en bloque, pero en un principio no tenía los votos necesarios, por lo que tuvo que negociar un cambio en el sentido del voto de dos congresistas tras una primera votación a viva voz, en la que obtuvo 216 sufragios.

La escena incómoda marcó un comienzo de mal agüero para el primer día del nuevo Congreso de Estados Unidos. Un pequeño grupo de republicanos de línea dura se reunió en la parte trasera de la Cámara baja, y uno por uno se negaron a votar o eligieron a otro legislador.

El rostro de Johnson se tornó sombrío, al reconocer que hay nueva agitación y en un indicio de problemas futuros para él mientras Trump regresa a la Casa Blanca con los republicanos en control de Wa-shington a partir de que él asuma el poder.

Durante cerca de media hora, la sesión de la Cámara quedó pausada, pero con la votación abierta a la espera de que alguno de esos congresistas pudiera cambiar el sentido de su voto. Entonces, se vio a Johnson abandonar el hemiciclo con dos de los republicanos que no le habían votado, Keith Self y Ralph Norman.

Sin embargo, a fin de cuentas Johnson logró convencer a dos disidentes, que a la larga decidieron apoyarlo, y Trump les llamó desde el campo de golf a los legisladores republicanos intransigentes.

En cambio, el congresista republicano Thomas Massie, al que se le ha visto hablando por teléfono con Marjorie Taylor Greene de intermediaria (que apoyó a
Johnson), ha mantenido su voto disidente, como había dicho hacía semanas en sus redes sociales.

Johnson, visiblemente aliviado, prometió “rechazar seguir como hasta ahora” en su primer discurso con el mazo: “Vamos a reducir drásticamente el tamaño y alcance del gobierno”.

También señaló: “Actuaremos con rapidez, y empezaremos por defender las fronteras de nuestra nación. En coordinación con el presidente Trump, este Congreso dará a nuestros agentes de fronteras e inmigración los recursos que necesitan para hacer su trabajo. Deportaremos a extranjeros ilegales peligrosos y criminales, y finalmente terminaremos de construir el muro fronterizo”.

El débil control de Johnson sobre el mazo ha amenazado no sólo su propia supervivencia sino también la ambiciosa agenda de Trump de recortes fiscales y deportaciones masivas mientras los republicanos ascienden al poder en la Cámara de Representantes y el Senado. El estrecho margen en la diferencia de votos puso de relieve los desafíos que enfrenta. Incluso el respaldo del propio Trump no garantiza la capacidad de Johnson para mantenerse en el cargo de presidente de la Cámara baja.

El líder demócrata de la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, intentó dejar atrás la agitación republicana de los últimos dos años, diciendo que era hora de unirse y hacer a un lado la política partidista “para hacer cosas” por
los estadounidenses.

Sentencia al magnate, el 10 de enero; evita la cárcel

En un giro extraordinario, un juez estableció el viernes que la fecha de sentencia del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, en el proceso que se le sigue por pagos para ocultar información desfavorable será el 10 de enero, poco más de una semana antes de que regrese a la Casa Blanca, pero prometió que no lo mandará a la cárcel.

El juez Juan M. Merchan, quien presidió el juicio de Trump, señaló en una decisión escrita que sentenciaría al expresidente y futuro presidente a lo que se conoce como descargo condicional, en el que un caso se desestima si el acusado evita ser arrestado nuevamente. Este desarrollo marca otro giro en el singular caso.

En mayo, Trump fue declarado culpable de 34 cargos de falsificar registros comerciales. Éstos involucraban un supuesto ardid para ocultar un pago a la actriz porno Stormy Daniels en las últimas semanas de la primera campaña de Trump en 2016. El pago se realizó para evitar que Daniels publicara afirmaciones de que había tenido relaciones sexuales con Trump años antes, cuando ya estaba casado. Trump dice que la versión es falsa y que no cometió ningún delito.

Después de la elección de Trump el 5 de noviembre, Merchan suspendió los procedimientos y pospuso indefinidamente la sentencia para que la defensa y la fiscalía pudieran opinar sobre el futuro del caso.

Los abogados de Trump instaron a Merchan a desecharlo. Dijeron que de lo contrario representaría interrupciones inconstitucionales para la capacidad del presidente entrante de dirigir el país.

Los fiscales reconocieron que debería haber algún tipo de adaptación para su próxima presidencia, pero insistieron en que la declaración de culpabilidad debería mantenerse.

Sugirieron varias opciones, como congelar el caso durante su mandato o garantizarle una sentencia sin cárcel. También propusieron cerrar el caso mientras se anotaba formalmente tanto su declaración de culpabilidad como su apelación pendiente, una idea extraída de lo que algunos tribunales estatales hacen cuando los acusados fallecen mientras apelan sus casos.

Trump asume la presidencia de Estados Unidos el 20 de enero.