Ante un fuego que no cede con vientos de hasta 110 kilómetros por hora, bomberos aceleran la contención antes de que todo empeore, pues se reveló que hallaron más cuerpos, pero no se actualizó la cifra de muertos, que sigue en 24.
Ocho mil efectivos redoblan medidas para extinguir lo más que se pueda el fuego en Eaton y Palisades con apoyo de retardantes, pues el peligro es mayor por brasas lanzadas por el aire, lo que puede extender más las llamas que ya arrasaron con gran parte de Los Ángeles y por la que sigue vigente la orden de evacuación para 100 mil habitantes, mientras residentes buscan salvar lo que quedó de sus hogares a la espera de apoyos de la Agencia Federal del Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés).
En medio de la devastación se reportó que investigadores recorren zonas calcinadas, pues no descartan que uno de los seis siniestros fuera provocado.
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Versiones publicadas por NBC apuntan al uso deliberado de fuegos artificiales o campamentos irregulares, y se confirmó el arresto de un migrante ilegal, de origen mexicano, bajo la sospecha de provocar un incendio al ser atrapado con un soplete en mano en Woodland Hills.
Pero autoridades admiten que falta mucho para dar una conclusión, pues aún no han llegado a los puntos de origen de estas escenas “apocalípticas” e indagan el sobrevuelo sin permiso de más de 40 drones, luego de que uno dañara el ala de un avión en estas labores y The Associated Press informó que una empresa de servicios públicos fue demandada como presunta culpable a la par de nueva ayuda como donativos millonarios de famosos y firmas tras la cancelación de conciertos y otros eventos.
