La última ocasión en que una toma de posesión presidencial en Estados Unidos se trasladó al interior del Capitolio fue hace 40 años, cuando Ronald Reagan asumió su segundo mandato en 1985.
En aquel momento, el frío extremo azotó Washington D.C., con temperaturas que llegaron a los 14 grados bajo cero al mediodía, lo que hizo inviable realizar el evento al aire libre. Ahora, cuatro décadas después, la historia parece repetirse con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca.
Frío cambia los planes de la segunda investidura de Trump
El viernes 17 de enero, el presidente electo Donald Trump ordenó que su ceremonia de investidura se lleve a cabo en la Rotonda del Capitolio, espacio cubierto y reservado generalmente para actos solemnes.
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Lo anterior, según el republicano, debido a los pronósticos climáticos que advierten temperaturas de hasta seis grados bajo cero, con una sensación térmica aún más baja debido a los fuertes vientos.
Según el Servicio Meteorológico Nacional, estas condiciones convertirán el lunes 20 de enero en uno de los días de inauguración más fríos desde la segunda investidura de Ronald Reagan.
En un mensaje publicado en la plataforma Truth Social, Trump expresó su preocupación por la seguridad de los asistentes. “El clima en Washington, D.C., podría alcanzar mínimos históricos con el factor de sensación térmica. No quiero que nadie salga lastimado”, señaló.
A pesar de ello, se han distribuido más de 200 mil entradas para la ceremonia frente a la explanada del Capitolio; además, se habilitó el Capital One Arena para seguir el evento mediante pantallas gigantes.
No es la primera vez que se realiza la ceremonia al interior del Capitolio
La historia de ceremonias afectadas por el clima incluye también eventos como el de William Howard Taft en 1909, cuando una nevada obligó a trasladar el juramento al interior del Capitolio.
Más dramático fue el caso de William Henry Harrison en 1841, quien murió de neumonía un mes después de desafiar las bajas temperaturas sin abrigo durante su investidura.
cehr