El grupo terrorista Hamas liberó a tres de 97 rehenes israelíes al hacer efectivo el nuevo alto al fuego en Gaza, acto que celebra la comunidad judía y el mundo.
Pese a retrasos y amagos, ayer terminó parte del “infierno” de Romi Gonen, Emily Damari y Doron Steinbrecher tras 471 días en túneles al retornar a su país, donde se reencontraron con sus seres queridos, quienes no dejaron de luchar para volverlas a ver con vida.
Bajo total incertidumbre y tres horas después de lo previsto se realizó la operación “Alas de Libertad”. En una movilización que reunió a decenas de palestinos, la organización islámica entregó a las mujeres de 24, 28 y 31 años, respectivamente, a personal de la Cruz Roja.
De inmediato, las trasladó de Gaza a Israel vía terrestre, ante lo que el vocero de las Fuerzas de Defensa (FDI), Daniel Hagari, anunció al pueblo “están en manos seguras” tras las primeras imágenes de las jóvenes, lo que desató el júbilo en Israel y el mundo al destacar que, a pesar de las condiciones, lucen en “buen estado”, y el primer ministro, Benjamin Netanyahu, resumió “están saliendo de la oscuridad hacia la luz” al darles la bienvenida y aseverar que el país las abraza.
Ya en Israel las víctimas secuestradas en Kfar Aza o el festival Nova eran esperadas por una caravana militar para llevarlas en helicóptero al Centro Médico Sheba, en Tel Hashomer, donde aguardaban impacientes sus madres para abrazarlas tras un inmenso dolor. El objetivo es dar paso a su recuperación, proceso por el que se eligió un hospital infantil para darles privacidad y ayuda psicológica para dejar atrás el sufrimiento que han relatado sobrevivientes, al tiempo en que se reencontraron con su papás y más familiares y tuvieron videollamadas.
Sin embargo, la alegría no es completa, pues quedan más de 60 israelíes en manos de la milicia proiraní, pero las otras familias confían en que las escenas emotivas de ayer se repliquen con intercambios previstos para las próximas seis semanas tras diferencias que pusieron en duda esta tregua, pues Tel Aviv acusó al rival de no cumplir las condiciones al negarse a adelantar la lista de cautivos a salvo, lo que Hamas atribuyó a un error técnico ante la nueva paz negociada con Estados Unidos, Egipto y Qatar.
En tanto, autoridades evidenciaron la crueldad terrorista. A Hamas no le bastó la tortura y las liberó con un “certificado” y “regalos” para comprobar que estuvieron en su poder al darles fotos de sus días en cautiverio, bajo condiciones inhumanas, lo que el exvocero de las tropas Gabriel Chocron tachó de “psicópata” al exhibir que también se vio a niños armados, lo que contrasta con Israel.
Horas después se confirmó que Israel trasladó hasta la frontera a 90 presos palestinos, en su mayoría mujeres, para regresar a su comunidad el mismo día en que concluyeron los bombardeos con ataques que elevaron el saldo mortal, pero Israel resaltó que recuperó el cuerpo de Oron Shaul, soldado asesinado y retenido desde 2014 y a quien se prevé se le dé sepultura hoy mismo.
Dimite líder que rechazó el acuerdo
El resultado de esta negociación no fue del agrado de todos en Israel y tal como amagó, el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, renunció al gabinete de Benjamin Netanyahu al reiterar su rechazo a la tregua.
El político ultraderechista señaló en su carta de dimisión que el acuerdo es una clara “rendición al terrorismo” al criticar que su país saldrá debilitado, pese a que implica el rescate de decenas de personas que por meses sufrieron condiciones inhumanas, entre agresiones, falta de comida y tortura psicológica.
Ben Gvir refrendó que al sucumbir ante Hamas no puede continuar en un gobierno carente de “ideología y conciencia” y que prefirió ceder que mantener la guerra, por lo que anunció que también dejan la coalición de gobierno integrantes de su partido Poder Judío, lo que reduce la mayoría de derecha en Tel Aviv, aunque ésta aún se mantiene.
Pero se anticipa otra crisis si logra que otras bancadas le retiren el apoyo al premier; mientras que las familias celebraron su salida, pues el funcionario fue uno de los radicales que obstaculizó los intentos previos para garantizar el retorno de las víctimas.
