Como parte de sus acciones ejecutivas, el presidente Donald Trump ha firmado un decreto para cambiar el nombre de lugares emblemáticos en Estados Unidos y renombrar al Golfo de México como Golfo de América para, según la Casa Blanca, exaltar la “grandeza estadounidense” y reconocer su importancia económica para la nación norteamericana.
Más temprano, en su primer discurso como presidente de Estados Unidos, Donald Trump insistió en la propuesta que lanzó a inicios de enero para rebautizar la región, al argumentar que Golfo de América es un nombre “hermoso”.
Trump ordena eliminar las referencias al término “Golfo de México” en mapas y documentos
Más tarde, tras instalarse en la Casa Blanca, el republicano firmó una serie de órdenes ejecutivas, entre ellas una en la que se destaca el papel del Golfo de México como un “activo” clave para el comercio desde los primeros días de la nación.
Además, subraya su relevancia en la industria de petróleo y gas, ya que la región produce un 14 por ciento del petróleo crudo de Estados Unidos. También menciona que la pesca, con especies como camarones y mero, es una de las “más productivas del mundo”.
La orden especifica que el cambio de nombre deberá reflejarse en todos los mapas y documentos federales; asimismo, encomienda al Departamento del Interior la tarea de actualizar el Sistema de Nombres Geográficos (GNIS) y eliminar las referencias al término “Golfo de México”.
Con esta medida, la nueva administración Donald Trump busca consolidar “la configuración del futuro de los Estados Unidos debido a su ”floreciente recurso económico y su importancia crítica para la economía de nuestros pueblos y su gente”.
Trump también ordena rebautizar monte Denali a “Mount McKinley”
La orden emitida este lunes también abarca otros cambios, como restablecer el nombre del pico más alto de América del Norte a “Mount McKinley”, que cambió a “Denali” en 2015.
Trump calificó la decisión de su predecesor Barack Obama, quien cambió el nombre del monte, como una falta de respeto hacia William McKinley, el presidente número 25 de los Estados Unidos.
“Esta orden honra al presidente McKinley por dar su vida por nuestra gran nación y reconoce obedientemente su legado histórico de proteger los intereses de los Estados Unidos y generar una enorme riqueza para todos los estadounidenses”, señala el decreto.
El documento también resalta paralelismos entre McKinley y el propio Trump, particularmente en torno su postura a favor de los aranceles y su lucha por los valores estadounidenses.
cehr
