El presidente estadounidense Donald Trump aprovechó su primera participación en un evento mundial para imponer su visión comercial y advertir que quienes no se sometan a tales condiciones enfrentarán medidas coercitivas, como ya amagó a México, Canadá y China, con los que difiere por temas mercantiles y culpa por el tráfico de fentanilo.
Durante un discurso virtual en el Foro Económico Mundial de Davos ante unos tres mil espectadores, el mandatario republicano instó a las compañías internacionales a mudar su producción a la potencia en vez de sólo enviar mercancías al asestar “Si no fabrican sus productos en Estados Unidos tendrán que pagar un arancel”, anticipando altos porcentajes a sus artículos importados.
Y es que en su semana de regreso a la Casa Blanca el magnate trató de dar un manotazo en busca de condiciones favorables para su Gobierno, al atraer a decenas de empresas para trasladar su fabricación, evidenciando su postura ambiciosa, pero también exigente.
Juez frena intento de Trump de anular ciudadanía por nacimiento
Refirió que su país tiene en la actualidad uno de los impuestos más bajos.
Y añadió que éstos podrían ser aún menores al declarar ante el público que lo ovacionó desde Suiza al verlo en la pantalla que “estamos bajando (los aranceles) sustancialmente”. Declaración que anticipan cambios desde el Congreso —donde tiene mayoría en ambas Cámaras— para fortalecer la economía de la nación, pues tal recaudación a través del Departamento del Tesoro permitirá ingresar miles de millones a Washington, generar más empleo y hasta pagar la deuda, en otra clara crítica a la administración de Joe Biden.
Asimismo, Donald Trump aprovechó este escenario para recriminar también supuestos abusos, tras señalar repetidamente que varios socios se aprovechan de la potencia.
Y remarcó que llegó el momento de revertir la situación y garantizar el respeto a EU, como parte de su plan de recuperar la grandeza perdida, momento en el que se lanzó directamente contra la Unión Europea (UE). Sugirió que los países de esa región le dan un trato “injusto” en materia comercial, por lo que se prevén importantes cambios, mismos que ya generan incertidumbre ante un inminente golpe económico.
Y es que el republicano admitió que nadie está satisfecho con esos socios al hacer alusión a sanciones y demandas de esa región contra las grandes firmas, como Apple y Google, cuyos directores ejecutivos fueron invitados especiales en su toma de posesión el pasado 20 de enero, al ser captados junto a su familia.
Además, el magnate mueve sus fichas en temas prioritarios al sugerir que se disminuya de inmediato el cobro de intereses para dar un respiro a la economía y bajar también de manera urgente el precio del petróleo al sentenciar que esta última acción ayudaría incluso a poner fin a la guerra entre Rusia, régimen al que ve como un “amigo” por la cercanía con Vladimir Putin, y Ucrania, culpando a líderes de esa zona de no tomar verdadera acción y optar por producir más armas.
En breve charla con el fundador de Blackstone Group, Stephen Schwarzman, reveló que pedirá a Arabia Saudita y a la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) que bajen el precio”, aunque no comentó si ya hay acercamientos, pero en cuestión de horas se reportó una ligera caída en el costo. Y convocó de nuevo a sus aliados a aumentar drásticamente la inversión en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), pues su país dejará de financiarlos, tras exhibir supuestos históricos abusos.