La Fiscalía de Corea del Sur imputó formalmente al destituido presidente Yoon Suk Yeol por cargos de insurrección, vinculados a su intento fallido de imponer la ley marcial el pasado 3 de diciembre.
Yoon, acusado de conspirar con el entonces ministro de Defensa, Kim Yong Hyun, habría intentado desplegar fuerzas militares en la Asamblea Nacional para evitar que los diputados anularan su decreto de ley marcial, que buscaba prohibir actividades parlamentarias y controlar los medios de comunicación.
La maniobra fue revertida en pocas horas, pero desató una ola de inestabilidad que derivó en su destitución por el Parlamento el 14 de diciembre.
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El expresidente fue arrestado el 19 de enero tras ignorar reiteradas órdenes judiciales para comparecer ante el tribunal. Yoon, actualmente bajo régimen de aislamiento, es el primer mandatario surcoreano en ser imputado por insurrección mientras aún ostenta el cargo, pendiente de una decisión final del Tribunal Constitucional.
El tribunal rechazó recientemente dos solicitudes de la Fiscalía para extender su detención, pero con la formalización de los cargos, los fiscales han renovado su petición.
Los abogados del expresidente calificaron su arresto de “ilegal” y pidieron su liberación inmediata.
Con información de Europa Press y Reuters.
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