Tras una compleja infección respiratoria, desde el 14 de febrero el Papa Francisco ha permanecido hospitalizado por una neumonía bilateral en el Policlínico Agostino Gemelli, en Roma, Italia.
Luego de once días de constante monitoreo y pese a una “ligera mejoría”, este 25 de febrero el Vaticano informó que el estado de salud del Pontífice es “crítico”, aunque ya no lo quejan episodios de crisis asmática respiratoria que han prolongado su estancia en el hospital más de lo previsto.
Francisco, de 88 años, es el Papa más anciano desde León XIII, que falleció en 1903 con 93 años. Desde hace un tiempo venía arrastrando una bronquitis que médicos atendieron con terapia antibiótica con cortisona.
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Desde el 7 de febrero el Vaticano informó sobre el padecimiento del Papa Francisco. Días antes, en la audiencia semanal del 5 de febrero, él mismo dio a conocer que lo aquejaba una bronquitis, que la calificó como un “fuerte resfriado”.
Luego, el Pontífice pidió ayuda durante su homilía del domingo 9 de febrero “por dificultades en la respiración“, y delegó el texto a un colaborador.
Así fue la última aparición en público del Papa Francisco
Días después, en la audiencia general del miércoles 12 de febrero, ocurrió lo mismo “porque yo con mi bronquitis no puedo ahora”, dijo Francisco tras leer un par de líneas, para luego pasar el texto a don Pierluigi Giroli, empleado de la Secretaria de Estado.
Esa fue la última aparición en público de Francisco, quien lucía fatigado, con tos y el rostro hinchado por el tratamiento de la bronquitis.
Pese a las dificultades, en su última audiencia general desde el aula Pablo VI del Vaticano, el Papa Francisco insistió en orar por la paz, ante los conflictos bélicos en el mundo. “Oremos por la paz. Hagamos todo lo posible por la paz. No se olviden de que la guerra es una derrota”, advirtió.
Hacia el final de la audiencia general pidió, también, que se “encuentran caminos de paz”, porque “no hemos nacido para matar, sino para hacer crecer a los pueblos”.
La salud del Papa Francisco no mejoró, en parte porque siguió adelante con sus compromisos, y dos días después, el 14 de febrero, la Santa Sede informó que, tras el diagnóstico de neumonía bilateral, Bergoglio tuvo que ser sometido a una ”terapia farmacológica adicional”. Esta vez se confirmó la cancelación de la agenda del Papa.
cehr
