Los reclamos contra el régimen de Ebrahim Raisi se extendieron hasta las prisiones en Irán, pues una disputa en torno a la represión y restricciones terminó en un fuerte incendio en Evin, mismo que cobró la vida de cuatro reclusos.
Aunque las autoridades desmienten la versión de que el incidente del 15 de octubre fuera provocado por las protestas, organizaciones contradicen al gobierno al detallar que todo inició por un choque entre quienes apoyan a las fuerzas armadas y quienes respaldan a los manifestantes que exigen justicia por el asesinato de la joven kurda Mahsa Amini.
Asimismo, el gobierno admitió que en el centro penitenciario en Teherán suman 61 heridos, de los que 10 siguen hospitalizados, cuatro en condición crítica, aunque no se especificó el tipo de lesiones de los condenados por robo.
Y es que el gobierno trató de minimizar la tragedia al señalar que el fuego ocurrió en un taller y que ninguna de las víctimas murió por actos violentos, luego de que se revelara que también hubo disparos y hasta explosiones.
Los reportes médicos y forenses apuntan hasta el momento a que los decesos fueron por intoxicación e inhalación de humo, según la judicatura de Mizan, mientras activistas denunciaron que en esas instalaciones hay abusos y retención ilegal de supuestos criminales.
