Sin una declaración final sobre migración respaldada por todos los Estados miembros, finalizó este viernes la cumbre informal de la Unión Europea (UE) de Granada, España, debido a la oposición de Polonia y Hungría al pacto sobre reparto de cuotas voluntarias de acogida de asilo.
A falta de declaración final, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, publicó su propio texto sobre el tema migratorio, según trascendió desde la sede de la reunión, en la que afirma que este fenómeno "es un desafío europeo que requiere una respuesta europea”.
"La migración irregular necesita ser abordada inmediatamente de manera decidida. No permitiremos que los contrabandistas decidan quién entra en la UE. Seguiremos implementando todas nuestras decisiones de manera efectiva y rápida", asegura el texto.
No obstante, los líderes de los 27 Estados miembros sí aprobaron una declaración conjunta sobre el resto de cuestiones abordadas en la cumbre informal, como su ampliación con la futura entrada de nuevos miembros.
El debate migratorio, el cual no tuvo éxito, tuvo lugar después de que el miércoles los países anunciaran que habían logrado un acuerdo sobre el llamado Reglamento de Crisis, la última pieza del Pacto europeo de Migración y Asilo que los Estados aún no habían pactado.
Sin embargo, para sacar adelante ese acuerdo entre los Estados miembros no era necesaria la unanimidad de todos los países. Polonia y Hungría votaron en contra y en los últimos meses han criticado que las decisiones sobre migración entre los países de la UE se tomen por mayoría cualificada y no por unanimidad.
El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, criticó que la UE ha "violado" y "forzado" a su país y Polonia a aceptar los recientes acuerdos sobre migración, puesto que fueron aprobados sin su visto bueno. En ese mismo sentido, el premier polaco, Mateusz Morawiecki, afirmó también que se opone "rotundamente" al acuerdo, que juzga como un "dictado" de la Comisión Europea y Alemania.