El inminente golpe económico acarreado por drásticos bloqueos ante el coronavirus ha hecho que el riesgo de crisis alimentaria sea cada vez más latente, sobre todo cuando las cadenas de suministro se detienen con el cierre de fronteras, una medida aplicada por varias naciones exportadoras de comida, para frenar la propagación.
Así lo advirtieron, en un inusual comunicado conjunto, las agencias multilaterales encargadas de regular y procurar la alimentación, el comercio y la salud: Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Mundial del Comercio (OMC).
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La causa directa, explicaron, es la perturbación derivada del Covid-19 en el comercio internacional y las cadenas multilaterales de suministro.
“Las incertidumbres generadas sobre la disponibilidad de alimentos pueden desencadenar una oleada de restricciones a la exportación” que derivarán, si esta situación continúa, en una “penuria en el mercado mundial”.
Este escenario es muy posible, cuando algunos países exportadores de cereales de base podrían retener sus cosechas por temor a escasez, mientras que en el otro extremo de la cadena alimentaria globalizada otros países más frágiles corren el riesgo de padecer graves carencias.
Para estas tres organizaciones es “importante” garantizar los intercambios comerciales, “en particular para evitar colapso” en los Estados más pobres.
Aunque la advertencia de las organizaciones no recriminó a ningún país en particular, en Rusia, primer exportador mundial de trigo, puede resonar el mensaje de alarma, después de que sus ministros de Economía y de Agricultura impulsaron un proyecto de ley que limita las exportaciones de cereales nacionales.
Este miércoles, a la espera de la aprobación por el gobierno de esta propuesta, Rusia decidió inyectar a su mercado doméstico un millón de toneladas de trigo de sus propias reservas, para limitar el alza de los precios internos.
Para los expertos de la FAO, las “restricciones a la exportación” provocan hambrunas en áreas menos favorecidas, donde ya hay crisis alimentaria.
Los tres organismos se preocupan también por otros factores que amenazan la cadena alimentaria mundial, como la “ralentización de la circulación de trabajadores de la industria agrícola y alimentaria”, que bloquea la actividad agrícola en varias economías occidentales, por ejemplo: los mexicanos que a diario cruzan de ida y vuelta la frontera con EU para trabajar en campos de cultivo.
La FAO también citó el ejemplo de la comunidad de africanos recolectores de fresas en España o los obreros agrícolas de Europa del Este, que hacen funcionar los campos de espárragos de Alemania.
Otra fuente de inquietud son los “retrasos en las fronteras para los contenedores” de mercancías, que generan “un lamentable desperdicio de productos”. El principal ejemplo de esta situación es China, donde barcos europeos, llenos de contenedores de leche en polvo, no pudieron descargar, por falta de mano de obra en los puertos.
Las agencias internacionales también destacaron la necesidad de “proteger” a trabajadores agrícolas, para “minimizar la propagación del virus en el sector y mantener el suministro alimentario”.
ONU ELEVA DEMANDA. Después de que la Organización de las Naciones Unidas solicitara la creación de un fondo colectivo de 2 mil millones de dólares, para atender la crisis sanitaria en los países pobres, el secretario general del organismo, António Guterres, aseguró que ya que el mundo enfrenta su peor crisis desde la Segunda Guerra Mundial, urge una “respuesta multilateral a gran escala”, por lo que es necesario destinarle “al menos” 10 por ciento del producto interno bruto mundial (superior a 87 billones de dólares según el FMI).
En una videoconferencia desde la sede de Naciones Unidas, en Nueva York, Guterres presentó su informe “Responsabilidad compartida, solidaridad global: respondiendo al impacto socio-económico del Covid-19”, que aglutina todos los pronósticos y evaluaciones que los organismos internacionales han realizado en los últimos días sobre la crisis.
Guterres pidió un plan de solidaridad que “salve vidas, dé acceso universal a las vacunas, inyecte liquidez y frene el desempleo. Estamos ante una crisis de salud global como ninguna en los 75 años de historia de las Naciones Unidas”, un virus que “está matando gente, propagando el sufrimiento y cambiando nuestras vidas”.
