Exponen que hubo varias llamadas de auxilio

Alertaron horas antes de estampida en Seúl

Autoridades prometen indagar a fondo qué falló tras fuertes críticas de los deudos y afirman que no habrá impunidad; gobierno y Policía ofrecen disculpas por el retraso para actuar

Ciudadanos y deudos oran frente a un memorial dedicado a las víctimas de la tragedia de Itaewon, ayer.
Ciudadanos y deudos oran frente a un memorial dedicado a las víctimas de la tragedia de Itaewon, ayer. Foto: AP

La Policía de Corea del Sur recibió decenas de llamadas antes de que se desatara la peor estampida en el país, lo que evidencia las deficiencias del gobierno para atender una emergencia de esta magnitud, lo que obligó a las autoridades a ofrecer una disculpa por la respuesta tardía.

Según fragmentos de múltiples advertencias vía telefónica, ciudadanos anticiparon el riesgo por la saturación en un callejón en Itaewon en pleno festejo de Halloween, sin saber que la situación escalaría a una de las peores tragedias que provocó la muerte de 154 personas.

Según agencias y medios internacionales fueron casi cuatro horas antes que comenzaron las llamadas. En éstas, habitantes y visitantes solicitaron ayuda por una saturación que les impedía salir de la zona, pues era claro que necesitarían apoyo para controlar a una multitud en un espacio tan reducido.

Algunos más señalaron que era inminente que se pisaran unos a otros, pues ya se escuchaban gritos en algunos zonas, evidenciando el nivel de desesperación de quienes no encontraban la forma de escapar, pues era imposible moverse entre un mar de gente.

Incluso admitieron que sólo los empujones los hacían avanzar, pero sin control, pues se detenían hasta toparse contra otro cuerpo o hasta que hallaban de donde sostenerse, declarando abiertamente que temían ser aplastados o quedar debajo de toda la multitud, según las transcripciones recuperadas por medios.

Esa información fue confirmada con los crudos relatos de testigos y víctimas, pues el hecho también dejó más de 100 personas lesionadas. De ellas decenas siguen hospitalizadas por el peso que les cayó encima, pues fueron rescatadas mucho tiempo después de ser aplastadas, algunas por sobrevivientes o por víctimas que no resistieron hasta el arribo de las emergencias al callejón.

Con esa evidencia, arreciaron las críticas contra el gobierno por ignorar las llamadas —de las que no hay un número exacto—, pues quienes perdieron a un hijo o a un amigo confrontaron a las autoridades al señalar que de hacer caso desde la primera advertencia más personas estarían vivas y probablemente no estarían enterrando a sus familiares.

El cúmulo de evidencia presionó al gobierno de Yoon Suk-yeol a ofrecer disculpas, el cual finalmente admitió que hubo graves fallas sin precisar cuánto tiempo tardaron en enviar a los equipos necesarios. Además, se garantizó que las autoridades investigarán a fondo por qué tardó tanto la ayuda, para determinar si se minimizó el peligro que ya estaba ocurriendo, y si esos minutos u horas habrían cambiado el destino de más de 300 víctimas, entre los casos fatales y los que sufrieron alguna lesión.

Uno de los primeros en dar la cara fue el jefe de la Policía nacional, Yoon Hee-keun, aunque no mencionó las llamadas. “La respuesta fue inadecuada”, admitió en un mensaje a la ciudadanía en el que ofreció sus condolencias y ratificó que se llegará al fondo, pues no habrá impunidad y debe sentarse un precedente para evitar tragedias futuras.

En tanto, el gobierno admitió total responsabilidad en la tragedia, luego de múltiples reclamos, principalmente de quienes perdieron a un familiar.