Expone otra aventura del magnate

Aliado de Trump pagó para cuidar su imagen

El exdirector de National Enquirer revela casos de “atrapar y matar” sobre un amorío y una supuesta hija ilegítima del magnate; el exlíder de EU reta orden de silencio y ataca al juez

Donald Trump observa a un fotógrafo, durante el testimonio de David Pecker, ayer.
Donald Trump observa a un fotógrafo, durante el testimonio de David Pecker, ayer. Foto: Reuters

David Pecker, exdirector de National Enquirer, reiteró bajo juramento que pagó para borrar datos perjudiciales contra Donald Trump en 2016, luego de que éste le pidiera ayuda para la campaña electoral.

En su segundo día en el estrado, reveló ante un jurado en el caso de falsificación de registros comerciales que los presuntos sobornos comenzaron desde 2015 y la compra de posibles escándalos se concertó en reuniones con el magnate y el abogado de éste Michael Cohen.

Al ser interrogado por el fiscal Joshua Steinglass el también exlíder de la firma American Media recalcó que fue un trato “de amigos” sin firmas de por medio.

Acto que la fiscalía enfatizó confirma el plan de conspirar en unos comicios presidenciales, pues el objetivo era cuidar la candidatura de golpes mediáticos.

El testigo de 72 años añadió que usó su tabloide para sepultar acusaciones que afectarían la credibilidad e imagen de la celebridad que buscaba la Casa Blanca, de acuerdo con las agencias Reuters y AP.

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Hecho que consideró un beneficio mutuo tras comprometerse a ser los “ojos y oídos” del ahora político para rastrear testimonios negativos, al estar atento a historias de mujeres que podrían abundar en una mala conducta sexual del conservador. Incluso, dijo que para contrarrestar ese tema admitió que se ofreció voluntariamente a publicar en National Enquirer notas favorables para su amigo, a quien conoce desde la década de los 80, según sus declaraciones, acciones en la que era dirigido por Cohen.

En la estrategia conocida como “atrapar y matar”, con la que se compran los derechos de una historia, Pecker afirmó que en octubre de 2015 la implementó por una exclusiva de la modelo playboy Karen McDougal en torno a un amorío, cuya mención provocó gestos del magnate y hasta que cruzara los brazos, según el diario Washington Post.

Poco después el testigo la volvió a usar al pagar 30 mil dólares por la filtración de un exportero de la Torre Trump. Declaró que el empleado Dino Sajudin llamó directamente al medio para exponer que el magnate tuvo una una hija fuera del matrimonio con una ama de llaves.

Hecho que resultó falso, pero enfatizó ante preguntas de la fiscalía que aunque era mentira habría avergonzado Trump cuando el tema llegara a los titulares de periódicos y revistas, por lo que hicieron lo necesario para mantenerlo en secreto.

Con estas declaraciones la fiscalía de Manhattan busca abundar en el carácter delictivo de quien busca de nuevo la presidencia, aunque éste insistió en su inocencia y que no hizo nada malo en

la audiencia en la que su defensa confrontó al juez Juan Merchan.

Al revisar una posible multa de 10 mil dólares al acusado por desacato tras violar la orden de silencio los abogados de éste y el magistrado cruzaron declaraciones, pues el último criticó la credibilidad del defensor Todd Blanche.

Sin embargo, la posible sanción quedó en vilo hasta mañana cuando se reanude el proceso; pero resalta que Trump desafío otra vez al juez, pues horas después de la audiencia se lanzó en contra de Merchan en Truth Social al tildarlo de “corrupto y conflictivo” y acusar de nuevo una manipulación en su contra.