Dos gobiernos de América Latina ofrecieron albergar a las nuevas víctimas del régimen de Daniel Ortega, luego de que el mandatario nicaragüense desterró a decenas de opositores.
De manera separada, los presidentes de Chile, Gabriel Boric, y de Argentina, Alberto Fernández, ratificaron su compromiso con los llamados “apátridas” de Nicaragua, a quienes les abrieron las puertas al garantizar protección internacional mediante una nueva nacionalidad y residencia.
En compromiso con la democracia y los derechos humanos la región andina puso a disposición esa alternativa en favor de quienes son víctimas de la dictadura, misma que les arrebató su origen por el delito de cuestionarla.
Para dicho proceso, Boric comisionó a los titulares de Exteriores, Interior y Seguridad Pública tomar las acciones pertinentes en un claro desafío a Ortega, quien acumula cuatro periodos consecutivos en el poder, lo que recuerda que el líder chileno sentenció desde que asumió el gobierno que se pronunciaría en contra de este tipo de arbitrariedades.
Por separado, la oficina de Exteriores de Buenos Aires informó su disposición de otorgarles la ciudadanía a quienes padecen las represalias del régimen de Ortega y su esposa y también vicepresidenta, Rosario Murillo, entre quienes destaca el escritor Sergio Ramírez y otros opositores del gobierno centroamericano, de acuerdo con una entrevista a la cadena radiofónica Radio Con Vos; mientras que la vocera argentina, Gabriela Cerruti, recalcó que esa nación tiene las puertas abiertas para ellos.
