Con varias elecciones, adelantadas y con resultados sorpresivos, América Latina vivió un 2023 agitado, ejemplo de ello es el golpe económico en Argentina y la inestabilidad en Guatemala.
La victoria que acaparó más reflectores fue la del ultraderechista Javier Milei. Pese a advertencias financieras y tras ser superado en la primera vuelta sacó al peronismo del poder, con el apoyo de quienes optaron por la incertidumbre en vez de dar al kirchnerismo otro mandato.
Y en cuestión de días devaluó la moneda bajo la consigna de revertir la “herencia” de la hiperinflación de Alberto Fernández, lo que impactó de inmediato en el bolsillo de los argentinos.
Pero el panorama convulso alcanzó no sólo a Sudamérica y Centroamérica, pues en Guatemala el ganador Bernardo Arévalo sigue bajo la incógnita de si le dejarán asumir el poder, pues la Fiscalía ha hecho lo imposible para bloquearlo al retirarle derechos a su fuerza, Movimiento Semilla, y hasta sancionarlos.
Y este año también asumieron dos nuevos mandatarios Daniel Noboa (Ecuador) y Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil). El primero tomó las riendas de una región sumida en la violencia, pues su antecesor Guillermo Lasso cedió el control al disolver el Congreso y convocar a comicios, en las que el aspirante de oposición Fernando Villavicencio fue asesinado a quemarropa. En tanto, Lula llegó al poder en un giro de ultraderecha a izquierda que desató el caos cuando miles asaltaron el Congreso para impedir su arribo.